Francisco hizo sus comentarios, algunos de ellos de forma improvisada, en un discurso ante unos 70 obispos de 35 países asiáticos que se reunieron en la ciudad de Haemi, al sur de Seúl, en el penúltimo día de su viaje a Corea del Sur, indicó Reuters.
Francisco luego agregó de forma improvisada que hablaba "no sólo de diálogo político, sino también fraternal" y agregó que "los cristianos no vienen como conquistadores" que borran las identidades nacionales y culturales, sino que desean "caminar juntos".
Las palabras del Papa eran aplicables a varias naciones de Asia donde la Iglesia se asocia con el colonialismo, en particular en China, que no ha tenido relaciones formales desde poco después de que el Partido Comunista tomó el poder en 1949.
“Éste es un ofrecimiento, una disposición a entablar un diálogo por el bienestar de la Iglesia y de la gente en estas tierras diferentes”, dijo a periodistas el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
"Los buenos católicos también pueden ser buenos ciudadanos. Las autoridades no tienen que temer a la Santa Sede como algo que ejerce poder en su tierra", agregó.
La Iglesia católica en China se divide en dos comunidades: una Iglesia "oficial", conocida como "Asociación Patriótica", dependiente del Partido Comunista, y una Iglesia clandestina que jura lealtad sólo al Papa.
Los dichos de Francisco también se aplican a la aislada Corea del Norte, donde no se permiten las actividades religiosas de forma abierta.
En tanto, las relaciones del Vaticano con Vietnam han mejorado significativamente en los últimos años, aunque ambos estados todavía no tienen relaciones diplomáticas plenas.