Los secuestrados son habitantes de esa aldea suní, en la que fue quemada una bandera del ISIS, por lo que la acción puede ser un acto de venganza y una forma de reclutar a nuevos combatientes.
Decenas de yihadistas cercaron el pueblo, que se encuentra 80 kilómetros al suroeste de la ciudad de Kirkuk, y posteriormente entraron en él y perpetraron el secuestro.
Los jóvenes fueron amenazados y conducidos a un lugar desconocido.
En la provincia de Kirkuk, a 250 kilómetros al norte de Bagdad, hay zonas controladas por los extremistas y otras por las fuerzas kurdas conocidas como “peshmergas“.
Ambos bandos se enfrentan en esta provincia y en otras como Saladino y Nínive, donde en los últimos días los “peshmergas” junto a las tropas regulares iraquíes han logrado avances.
El ISIS, al que acusan de cometer crímenes contra la humanidad, efectuó rápidas conquistas en el norte del país el pasado junio y proclamó un califato en los territorios de Irak y Siria bajo su control.