En la provincia de Punyab, 103 personas fallecieron por el derrumbe de casas, inundaciones y electrocuciones como consecuencia de las fuertes lluvias, dijo una fuente de los equipos de rescate al diario local Dawn.
Otras 48 personas perdieron la vida en la Cachemira paquistaní y 11 en la provincia de Gilgit-Baltistán, aseguró a este medio el portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres, Ahmed Kamal, quien advirtió que la situación puede ser de “emergencia nacional”.
Las inundaciones afectaron a cientos de aldeas y a decenas de puentes, entre otras infraestructuras, aunque el Gobierno aseguró ayer que habían quedado despejadas las principales vías de comunicación en las zonas afectadas.
Las lluvias ocasionaron graves daños en grandes ciudades como Lahore y Rawalpindi.
Numerosos ríos experimentaron crecidas excepcionalmente altas y el caudal sobrepasó las barreras de protección.
Las persistentes precipitaciones, habituales en el país en época de monzones, ya causaron a mediados de agosto diez muertos en la ciudad de Pesháwar, en el noroeste de Pakistán.
En agosto de 2013, las fuertes lluvias produjeron más de un centenar de muertos y afectaron a cerca de 400 mil personas en el país asiático, mientras que en 2012 hubo 450 fallecidos y casi cinco millones de damnificados.
Las peores inundaciones de la historia paquistaní ocurrieron en 2010 tras un monzón extraordinariamente copioso, que se sumó a un deshielo estival también especialmente abundante.
El gran aumento del caudal de los ríos anegó buena parte de Pakistán ocasionando dos mil muertos y más de 20 millones de damnificados.