Obama habló de sus planes en una cena con un grupo bipartidista de expertos en política exterior en la Casa Blanca y dejó en claro que él cree que tiene la autoridad para atacar al grupo islamista en ambos lados de la frontera entre Irak y Siria, con el fin de proteger a EU. Un ataque en Siria representaría un notable incremento en la estrategia de Obama, quien ha buscado reducir la intervención militar de Estados Unidos en el Medio Oriente durante su presidencia.
El Estado Islámico controla un amplio territorio en ambos países, pero hasta ahora EU había limitado su participación militar en Irak, ya que Obama se había mostrado renuente a intervenir en la guerra civil de Siria.
A medida que el presidente se prepara para informar a líderes del Congreso y entregar un plan, se comprometió a llevar la lucha contra el Estado Islámico “dondequiera que estén sus objetivos estratégicos”, dijo Michèle Flournoy, la antigua subsecretaria de Política de Defensa.
“No estamos hablando de una organización que respete las fronteras internacionales”, dijo Flournoy, quien dejó la administración de Obama en el 2012 y ahora se desempeña como directora ejecutiva del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense.
No hay señales de un ataque estadounidense inminente en Siria, aunque la administración de Obama dio muestras de que EU intensificó su participación en Irak, con el apoyo internacional y regional, lo que marca el primer paso en la lucha contra el Estado Islámico.
En una entrevista la semana pasada, Obama dijo que era hora de que EU “empezara a tomar cartas en el asunto” contra el Estado Islámico.
Josh Earnest, secretario de Prensa de EU, dijo que el Estado Islámico “tiene un refugio virtual en Siria. Ésa es una situación peligrosa”.
Durante su discurso, Obama, quien ha sido criticado por ser demasiado cauteloso por miembros de ambos partidos políticos en el Congreso, no expuso todos los detalles de sus planes para expandir las acciones militares de EU en la región.
El presidente “cree que tiene la autoridad legal que necesita” para aumentar la participación militar de EU en Irak y Siria, dijo Jane Harman, presidente del Centro Internacional Woodrow Wilson para Académicos.
Durante el mes pasado, Obama autorizó ataques aéreos contra el Estado Islámico en Irak para defender al personal estadounidense, ayudar a los miembros de rescate de la minoría religiosa yazidí atrapada en una montaña y defender la infraestructura estratégica, incluyendo dos represas; envió tropas estadounidenses para ayudar a proteger el consulado en Erbil, pero había prometido no enviar fuerzas de combate estadounidenses en la campaña contra el Estado Islámico, después de haber retirado las fuerzas restantes de EU de Irak.
El año pasado, Obama autorizó ataques aéreos limitados contra el presidente sirio, Bashar Al-Assad, pero finalmente optó por pedir al Congreso aprobar la medida con un voto formal. Ese esfuerzo fracasó y EU no intervino con una acción militar directa. Sin embargo, los rápidos avances de ISIS en Irak este verano y sus tácticas brutales, que incluyen la decapitación de dos periodistas estadounidenses en el último mes, incrementaron la presión sobre el gobierno para tomar medidas más fuertes.
El presidente cree que su estrategia se inscribe en su estrategia de seguridad nacional más amplia, que utiliza la fuerza específica y evita que los militares de EU se embarquen en largas campañas terrestres.