En un informe que recoge las conclusiones de una investigación, HRW denunció que el ejército israelí violó “las leyes de guerra” en esos tres ataques contra esos colegios que albergaban a desplazados palestinos, ocurridos el 24 y 30 de julio y el 3 de agosto de este año.
“Los ataques israelíes se llevaron a cabo sobre o cerca de tres escuelas bien señaladas donde se sabía que cientos de personas estaban refugiadas, matando o hiriendo a numerosos civiles”, dijo Fred Abrahams, asesor especial de HRW.
Hasta ahora, Israel no ha ofrecido ninguna explicación convincente de esos ataques contra los colegios, a donde la gente había acudido en busca de refugio, lo que hace pensar que fueron “ilegalmente indiscriminados y desproporcionados”.
Los ataques ocurrieron el 24 de julio contra una escuela de Beit Hanun, donde 13 personas murieron, el 30 de ese mismo mes contra otro colegio para mujeres en Jabalya con un saldo de 20 muertos y el 3 de agosto contra una escuela para varones en Rafah, causando 12 muertos.
Dos de los tres ataques que Human Rights Watch investigó -en Beit Hanun y Jabalya- no parecían apuntar a un objetivo militar por lo que fueron ataques ilegalmente desproporcionados.
En tanto, el tercer ataque en Rafah, que según Israel tenía como objetivo a tres milicianos palestinos que circulaban en motocicleta, “fue, si no desproporcionado, al menos inconsiderado”.
“Estos ataques ilegales practicados intencionalmente, por lo tanto deliberadamente e imprudentemente, constituyen crímenes de guerra”, aseveró HRW en su página web.
La investigación de HRW destacó que las Naciones Unidas avisaron a Israel hasta en 17 ocasiones de la localización exacta de la escuela de Jabalya y en 33 ocasiones de la posición de la escuela de Rafah.
El jefe de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Gaza, Robert Turner, denunció que a pesar de que Israel sabía de la localización de esas tres escuelas, las atacó, dejando 45 muertos, incluidos 17 niños.