El Tribunal Superior Electoral (TSE), informó que Rousseff obtuvo 54 millones de votos, mientras que su rival, el socialdemócrata Aécio Neves, obtuvo 50.7 millones (48.4 por ciento), lo que representa 51.5 por ciento de los votos, según resultados con más de 99 por ciento del escrutinio.
Con lo anterior, Dilma Rousseff, gobernará la mayor economía de América Latina y una de las democracias más grandes del mundo hasta diciembre de 2018.
Según datos del TSE, la abstención alcanzó 21 por ciento, en un país donde el voto es obligatorio, so pena de una pequeña multa, y con un electorado de 142.8 millones de personas.
En su cuenta de Twitter, Rousseff dijo: “Muchas gracias”, en el primer mensaje tras la reelección, mientras se espera que haga un pronunciamiento público durante la noche.
Rousseff anunció durante su campaña que extenderá en su segundo mandato los programas de vivienda social, con más de tres millones construidas o contratadas desde su llegada.
Asimismo, continuará con la “bolsa familia”, una política de distribución de pensiones alimenticias que beneficia, según datos oficiales, a más de 50 millones de brasileños de renta muy baja.
Estas son las elecciones más disputadas en Brasil desde los primeros comicios presidenciales directos tras la dictadura militar, en 1989.
Con cuatro años más, Rousseff y el gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda, en el poder desde 2003) deberán recomponer un país partido en dos.
Por una parte, el norte del país, más modesto y con mayor concentración de población negra, votó por Rousseff, quien sumó más del 70 por ciento de los votos en algunos estados, mientras el centro y el sur, más industrializado y próspero, votó por el cambio propuesto por Neves.
Los resultados, que ningún sondeo logró anticipar, señalan asimismo un país profundamente dividido entre dos modelos económicos: el de Rousseff, que aboga por potenciar las políticas sociales, y el de Neves, que defendió la liberalización y modernización de la economía.
Entre los desafíos más inmediatos de la primera presidenta reelecta de la historia de Brasil figuran la reactivación del crecimiento económico, en momentos en que se reporta una “recesión técnica”.
Asimismo, debe emprender la lucha contra la corrupción –uno de los temas principales de campaña- y la regeneración política, en un país que en junio de 2013 salió masivamente a las calles para pedir cambios.