La medida concernía hasta ahora sólo a los miembros del Ejército, pero en adelante se aplicará "a todos los soldados (estadunidenses) que contribuyen en la lucha contra el ébola", indicó el contraalmirante John Kirby, portavoz del Pentágono, en un comunicado.
Actualmente, hay 600 soldados estadunidenses desplegados en Liberia y un centenar en Senegal.
No han tenido contacto con las personas infectadas por la fiebre hemorrágica, que ha matado unas 5 mil personas este año en la región.
"La prioridad del secretario de Defensa es la seguridad de nuestros uniformados hombres y mujeres y de sus familias", agregó el contraalmirante Kirby.
La decisión de Hagel es cónsona con el pensamiento del presidente Barack Obama, quien estimó el martes que la situación de los militares es diferente a la de los civiles que viajan desde el epicentro de la epidemia.
Ellos "son parte de una misión que su estado mayor y, en última instancia, yo, les hemos confiado", dijo Obama.