El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, advirtió que si Obama emite órdenes ejecutivas en el tema migratorio estará cometiendo “un grave error”, aunque al mismo tiempo prometió que no forzaría un cierre del gobierno por el tema.
Ello podría resultar complicado ya que figuras más conservadoras como el senador Jeff Sessions de Alabama han prometido usar todos los recursos a su disposición a fin de obstruir cualquier iniciativa de Obama en el tema migratorio, incluso el uso de sus atribuciones presupuestarias.
Sessions y el senador Mike Lee de Utah están entre los que favorecen usar un próximo proyecto presupuestario — sea en diciembre o el año entrante — para impedir que Obama tome medidas ejecutivas que podrían eximir de deportación a millones de inmigrantes que se encuentran sin permiso legal en Estados Unidos. A lo mínimo, desean aprobar una lista de gastos limitada y dejar las decisiones mayores para el próximo año, cuando los republicanos controlarán el Senado.
La decisión sobre aprobar una medida de gastos a corto plazo a fin de evitar un cierre del gobierno, o aprobar una propuesta más amplia que cubra todo el año fiscal, será tomada en discusiones entre figuras republicanas esta semana. Líderes republicanos como John Boehner desean una solución más a largo plazo, pero no está claro qué desea la militancia del partido.
“No sé qué va a pasar con eso”, dijo el senador republicano Lindsey Graham, “tendremos que esperar a ver”.
Otro de los temas pendientes en el Congreso saliente, es el proyecto del oleoducto Keystone XL.
La senadora demócrata Mary Landrieu propuso someter a votación el proyecto, una causa que hasta ahora había sido promovida por los republicanos.
Landrieu está en medio de una campaña para lograr un desempate en unas elecciones el próximo mes, contra el republicano Bill Cassidy. Ella ha apoyado la idea del oleoducto, que iría de Canadá hasta Texas, pero hasta ahora no ha podido someter el asunto a votación y ello ha afectado su campaña.
El proyecto redactado por Cassidy fue recientemente aprobado por la Cámara de Representantes y los republicanos programaron otra votación para el jueves.