Las cortadas que sufrió el enviado Mark Lippert en el rostro y un brazo fueron un ejemplo extremo, pero no es la primera vez que algunos surcoreanos demuestran su furia contra Estados Unidos por su papel en la turbulenta historia moderna de las dos Coreas.
Washington, que respaldó a Corea del Sur durante la Guerra de Corea contra el Norte comunista, aún tiene unos 30.000 soldados en el país y realiza ejercicios militares anuales con Seúl. Según algunos activistas antiestadounidenses, eso es un obstáculo importante para su objetivo de la posible reunificación de las dos Coreas.
La supuesta injerencia de Estados Unidos en los asuntos coreanos parecía ser la queja principal del agresor que la policía identificó como Kim Ki-jong, de 55 años, quien tiene un largo historial de protestas contra Estados Unidos.
"Corea del Sur y del Norte deberían reunificarse", gritó Kim mientras atacaba a Lippert con un cuchillo de 25 centímetros (10 pulgadas) , dijeron testigos y la policía.
El ataque dejó una herida en el rostro de Lippert desde abajo del pómulo y que se extendió en diagonal por la mejilla hacia su mandíbula.
Los médicos necesitaron 80 puntos para cerrar la herida que sufrió el diplomático en el rostro, que medía once centímetros de largo y unos tres centímetros de profundidad, dijo a los periodistas Chung Nam-sik, portavoz del hospital Severance. La cortada no afectó los nervios ni las glándulas salivales del embajador, añadió.