Durante su discurso el Pontífice se dirigió a la comunidad internacional y la instó a no ser partícipes del “silencio cómplice” al ser testigos que “nuestros hermanos y hermanas son perseguidos, asesinados, decapitados solamente por ser cristianos”.
Cabe resaltar que extremistas islámicos han atacado a los cristianos en partes de Asia, Medio Oriente y Africa. Por lo que Francisco no ha dejado de recordar y resaltar en los últimos meses el drama que viven las comunidades cristianas en el mundo.
Francisco también atribuyó que este tipo de crímenes son verdaderas violaciones de los derechos humanos básicos del ser humano.