“Hillary quiere abolir, esencialmente, abolir la segunda enmienda. De hecho, si ella nomina a sus jueces, no hay nada que se pueda hacer; aunque la gente (partidaria) de la segunda enmienda, quizá haya… no lo sé”, dijo en un polémico mensaje, interpretado por personalidades demócratas como un potencial llamado a la violencia.
El candidato presidencial republicano hizo su controversial comentario durante un mitin político en Wilmington, Carolina del Norte. La segunda enmienda constitucional garantiza el derecho de los estadunidenses a la posesión de armas de fuego, un derecho que según Trump, estaría en riesgo si Clinton es electa presidenta.
Robby Mook, gerente de la campaña de Clinton, denunció el comentario de Trump como una peligrosa apología de la violencia que no debe tener cabida en la contienda presidencial.
“Esto es simple. Lo que Trump está diciendo es peligroso. Una persona que busca la presidencia de Estados Unidos no debería sugerir la violencia de ninguna manera”, indicó Mook en una breve declaración.
El comentario también fue denunciado de inmediato por el senador demócrata por Connecticut, Chris Murphy, como una seria amenaza contra la vida de Clinton, y no como otro recurrente desliz del magnate neoyorquino.
“No tomen esto como un mal paso político. Es una amenaza de asesinato, que abre seriamente la posibilidad de una tragedia nacional y crisis”, escribió en su cuenta en la red Twitter.
Pero Jason Miller, asesor de comunicaciones de la campaña de Trump, dijo que el comentario aludió en realidad al enorme peso e influencia que tienen los votantes que apoyan el derecho a la tenencia de armas.
“Se llama poder de unificación. La gente que apoya la segunda enmienda tiene un sorprendente espíritu y está muy unificada, lo cual les da enorme poder político, y este año van a votar en números récord, y no será causa de Hillary Clinton, será por Donald Trump”, dijo.