El clima de tensión es patente en esta antigua colonia británica, donde muchos habitantes tienen la impresión de que Pekín está reforzando su influencia.
Las elecciones legislativas de septiembre llevaron a la elección de un puñado de diputados que piden una mayor autonomía o la independencia respecto a China, dos años después de las grandes manifestaciones prodemocracia.
Hong Kong goza de una semiautonomía, en virtud del principio "Un país, dos sistemas", que se instauró durante la retrocesión del territorio a Pekín en 1997.
La semana pasada, durante la inauguración del Consejo Legislativo (LegCo, parlamento), el juramento de dos nuevos diputados independentistas Yau Wai-ching y Baggio Leung fue rechazado porque llevaban una banderola que proclamaba que "Hong Kong no es China".