La Iglesia “se está jugando su futuro” en la formación de las generaciones venideras de sacerdotes, dijo.
Carriquiry Lecour se pronunció al respecto en una reunión con la comisión directiva del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), que realiza una visita a diferentes oficinas de la Curia Romana y que el próximo viernes prevé un encuentro privado con el Papa Francisco.
Añadió que la prensa periódicamente nos sacude con noticias de crímenes abominables, muchas veces perpetrados por ministros de la Iglesia. Si de estos crímenes se va a investigar en los últimos 70 años, qué Iglesia local puede quedarse totalmente libre y fuera de toda sospecha, planteó en presencia de diplomáticos, clérigos y periodistas.
Recordó los casos de Chile, del cardenal (Theodore) McCarrick, “¿y mañana? ¿Y pasado mañana?”, preguntó.
Hizo ver que el Papa escribió “una hermosísima carta al pueblo de Dios para enseñarnos cuál debe ser nuestra actitud. Pero para ir a fondo sobre este problema, en perspectiva amplia para que estas situaciones no se repitan, al menos para el futuro, el tema de la formación de los sacerdotes es capital”.
Carriquiry Lecour recordó la gran responsabilidad de los rectores, los equipos de formadores y directores espirituales de los seminarios, y de todos los encargados del discernimiento en el camino de la personalidad de los seminaristas.
Hizo ver que el Papa Francisco destaca siempre la necesidad de dedicar los mejores sacerdotes a los equipos de dirección y de formación de los seminarios.
Llamó a tener “sabiduría”, y “gracia de Dios” para discernir “a fondo” sobre el “precioso material humano” que existe en los seminarios.