Central, los campamentos improvisados están creciendo a lo largo de la frontera de México con los Estados Unidos, donde los migrantes finalmente esperan obtener asilo.
Más de mil personas, incluidos cientos de niños, viven en una colección de carpas en la base de un puente internacional en Tijuana, según la comisión nacional de derechos humanos de México, y otros 200 migrantes están acampando en la plaza de Reynosa, frente a McAllen, Texas, dijo la comisión.
Ha habido un fuerte aumento en el número de niños y familias centroamericanos que huyen a los Estados Unidos en los últimos meses, ya que la región se ve afectada por un empeoramiento de la crisis económica y del hambre.
El número de familias detenidas por agentes estadounidenses al cruzar la frontera casi se triplicó en febrero desde un mes antes a unas 19 mil personas.
Los puertos de entrada de EE. UU. Permanecen cerrados para la gran mayoría de los solicitantes de asilo.
La administración de Biden está expulsando rápidamente a la mayoría de los migrantes capturados que cruzan la frontera de regreso a México, aunque a los menores no acompañados y a algunas familias se les ha permitido ingresar a los Estados Unidos para continuar con sus casos de asilo.
A principios de este mes, las autoridades mexicanas desmantelaron un extenso campamento de migrantes en la ciudad fronteriza de Matamoros, después de que los funcionarios estadounidenses permitieron que la mayoría de los residentes del campamento cruzaran a Texas.
Su entrada fue parte de los esfuerzos de la administración de Biden para revertir el controvertido programa de su predecesor, conocido como Protocolos de Protección Migrante (MPP), que obligó a miles de solicitantes de asilo a esperar en México mientras sus reclamos avanzaban a través de los tribunales estadounidenses.
La mayoría de los residentes de los nuevos campamentos en Tijuana y Reynosa no están inscritos en el programa MPP.
Más de mil personas, incluidos cientos de niños, viven en una colección de carpas en la base de un puente internacional en Tijuana, según la comisión nacional de derechos humanos de México, y otros 200 migrantes están acampando en la plaza de Reynosa, frente a McAllen, Texas, dijo la comisión.
Ha habido un fuerte aumento en el número de niños y familias centroamericanos que huyen a los Estados Unidos en los últimos meses, ya que la región se ve afectada por un empeoramiento de la crisis económica y del hambre.
El número de familias detenidas por agentes estadounidenses al cruzar la frontera casi se triplicó en febrero desde un mes antes a unas 19 mil personas.
Los puertos de entrada de EE. UU. Permanecen cerrados para la gran mayoría de los solicitantes de asilo.
La administración de Biden está expulsando rápidamente a la mayoría de los migrantes capturados que cruzan la frontera de regreso a México, aunque a los menores no acompañados y a algunas familias se les ha permitido ingresar a los Estados Unidos para continuar con sus casos de asilo.
A principios de este mes, las autoridades mexicanas desmantelaron un extenso campamento de migrantes en la ciudad fronteriza de Matamoros, después de que los funcionarios estadounidenses permitieron que la mayoría de los residentes del campamento cruzaran a Texas.
Su entrada fue parte de los esfuerzos de la administración de Biden para revertir el controvertido programa de su predecesor, conocido como Protocolos de Protección Migrante (MPP), que obligó a miles de solicitantes de asilo a esperar en México mientras sus reclamos avanzaban a través de los tribunales estadounidenses.
La mayoría de los residentes de los nuevos campamentos en Tijuana y Reynosa no están inscritos en el programa MPP.