Beirut, se manifestaron este miércoles delante de la sede del tribunal de justicia para denunciar la interrupción de la investigación sobre ese siniestro.
El juez de instrucción Tareq Bitar tuvo que suspender el lunes la investigación tras ser blanco de una denuncia presentada contra él por el ex ministro del Interior Nuhad al Mashnuk, sospechoso de estar involucrado en la tragedia.
La explosión ocurrida el 4 de agosto de 2020, atribuida por las propias autoridades al almacenamiento sin medidas de seguridad adecuadas de grandes cantidades de nitrato de amonio desde fines de 2013, causó la muerte de por lo menos 214 personas, provocó más de 6.500 heridos y devastó barrios enteros de la capital.
Decenas de manifestantes entraron el miércoles en el edificio del tribunal de justicia y colgaron fotos de las víctimas y pancartas en las que se decía "No nos mataréis dos veces" o el "pueblo protege a la justicia".
"Sufrimos desde hace 13 meses injerencias de políticos y líderes comunitarios en la investigación", lamentó a la AFP Rima al Zahed, cuyo hermano trabajaba en el puerto y murió en la explosión.
"Cuando supe que suspendieron la investigación, sentí que nos volvían a traicionar, que nos mataban por segunda vez", añadió.
Criticadas por negligencia criminal, las autoridades libanesas rechazaron toda investigación internacional.
Antes de Bitar, otro magistrado, Fadi Sawan, ya había sido apartado en febrero de esta investigación, tras acusaciones por parte de altos funcionarios.
A principios de agosto, la oenegé Amnistía Internacional (AI) acusó a las autoridades libanesas de obstruir la investigación sobre la explosión de manera "descarada" e inescrupulosa.