aprobar sus masivas propuestas de inversiones en infraestructura y seguridad social, mientras los legisladores de su Partido Demócrata siguen divididos sobre el monto.
"Estados Unidos sigue siendo la mayor economía" del mundo, "pero nos arriesgamos a perder nuestra ventaja", dijo al describir el atraso del país respecto a sus competidores en cuanto a la modernización de la infraestructura. "No hemos aprobado una ley sobre infraestructura en décadas".
Las dos iniciativas en debate -uno para reparar la infraestructura y otra para financiar la atención a la infancia y otros gastos sociales- van a aportar un nuevo "soplo de vida a la economía", agregó en un discurso en esta ciudad obrera de Pensilvania, donde pasó parte de su infancia.
Las propuestas de ley siguen estancadas en el Congreso, ya que aunque los demócratas controlan ambas cámaras con mayorías ajustadas, están divididos sobre el coste y el alcance de las propuestas de Biden.
Este miércoles hubo señales positivas, pero ningún acuerdo serio, por la reticencia de dos senadores.
Biden mostró su frustración, prácticamente gritando en medio del discurso: "Esto es Estados Unidos, maldición. ¿Qué estamos haciendo?".
Pero, en medio de referencias emotivas a sus raíces humildes y la conexión de su familia con la clase obrera, predijo un final feliz.
Las propuestas de ley "fueron declaradas muertas desde el momento en que las presenté, pero creo que vamos a sorprenderles", dijo.
- Aún en curso-
La visita ocurre al día siguiente de intensas negociaciones con los legisladores reticentes a dar su voto, y en las cuales el mandatario aceptó disminuir drásticamente los gastos destinados a las áreas sociales y el clima.
Están en juego una propuesta de 1.200 millones de dólares para reparar puentes desgastados, rutas y redes de ferrocarril, y otra aún mayor para el cuidado de la infancia y otras áreas que, según Biden, ofrecerán una ayuda histórica a los estadounidenses en dificultades.
El nudo principal del problema es el tamaño del segundo paquete, que inició con una propuesta de unos 3.500 millones de dólares, prácticamente dada por muerta.
La Casa Blanca indica ahora que podría acordar un monto entre 1.900 y 2.200 millones de dólares, mientras el senador demócrata moderado Joe Manchin, cuyo voto es clave, propone un poco menos de 1.500 millones.
La rebaja significaría reducir significativamente las prioridades de Biden en áreas como la ampliación de la educación gratuita y la energía limpia.
El senador Chuck Schumer, líder de la tímida mayoría demócrata en el Senado, alimentó las expectativas sobre la inminencia de un acuerdo.
"Nos estamos acercando a un acuerdo. Queremos cerrarlo para el fin de la semana", dijo el miércoles.
"Todo el mundo va a tener que comprometerse si queremos encontrar (...) el punto legislativo que todos podemos aceptar", añadió.
Pero sin Manchin ni la otra senadora demócrata rebelde -Kyrsten Sinema- a bordo, la Casa Blanca se mantiene precavida.
"Hemos progresado mucho, pero aún tenemos trabajo que hacer", dijo a CNN el asesor principal de Biden, Cedric Richmond.
El discurso de Biden en Scranton busca recordar a su partido que venció a Donald Trump el año pasado en parte gracias al voto de la clase obrera.
"¿Adivinen qué? Ochenta y un millón de personas votaron por mí. Más gente votó que en cualquier momento de la historia de Estados Unidos y sus voces merecen ser escuchadas", dijo.
Las elecciones legislativas de medio término que tendrán lugar en un año podrían hacer que los demócratas pierdan sus mayorías en una o ambas cámaras a favor de los republicanos, lo que haría prácticamente imposible que los planes de inversión de Biden tengan una segunda oportunidad.