la estratégica ciudad de Lysychansk, justo cuando se abre una conferencia internacional en Suiza sobre la reconstrucción de Ucrania.
"La reconstrucción de Ucrania es la tarea común de todo el mundo democrático" y la "mayor contribución a la paz mundial", dijo el presidente ucraniano Volodimir Zelenski en un discurso difundido en videoconferencia en la conferencia de Lugano.
Putin, por su parte, ordenó a las fuerzas rusas continuar su ofensiva en el este de Ucrania, tras conquistar toda la región de Lugansk.
El Estado Mayor de las fuerzas armadas ucranianas anunció el domingo por la noche su retirada de Lysychansk, escenario de encarnizados combates en las últimas semanas.
Tras la toma de Lysychansk, pieza central del plan de conquista de la cuenca industrial del Donbás, mayoritariamente rusófona y controlada parcialmente desde 2014 por separatistas prorrusos, el ejército ruso parece concentrar ahora sus esfuerzos en Sloviansk y Kramatorsk, dos importantes ciudades situadas más al oeste, bombardeadas sin descanso desde el domingo.
"Avances progresivos"
"El esfuerzo del enemigo (...) se centra en lograr avances progresivos" sobre las líneas ucranianas en esta zona, explicó el lunes el Estado Mayor ucraniano.
Según el gobernador de la región de Donetsk, Pavlo Kirilenko, diez personas, incluidos dos niños, fallecieron el domingo en los bombardeos rusos en Sloviansk, a pocos kilómetros de la línea del frente.
Esta ciudad estaba casi desierta este lunes, salvo en los alrededores de su destruido mercado, después de que las autoridades ucranianas pidieron a la población que abandone la localidad, indicaron periodistas de la AFP en el lugar.
En Siversk, a unos 20 kilómetros al oeste de Lysychansk, las tropas ucranianas parecen querer mantener una línea de defensa entre esta ciudad y Bajmut, para proteger Sloviansk y Kramatorsk.
"El enemigo ha intensificado sus bombardeos sobre nuestras posiciones en dirección a Bajmut", confirmó el Estado Mayor del ejército ucraniano en su primer boletín el lunes.
Reconstrucción
En Járkov, la segunda ciudad más poblada de Ucrania (noreste), las autoridades locales informaron de la muerte de tres civiles durante los bombardeos de la madrugada del lunes.
En la ciudad de Bucha, convertida en símbolo de las atrocidades atribuidas a los rusos, el estigma de los combates sigue siendo visible en las ventanas rotas, los impactos de bala o las paredes con boquetes.
Y aunque algunos vecinos han empezado a plantar flores al pie de los edificios o a reconstruir sus huertos, la mayoría no se atreve a pensar aún en la reconstrucción, ante el incierto signo de los combates.
"Nos acostamos sin saber si nos despertaremos mañana", dice Vera Semeniuk, de 65 años. "Todo el mundo ha vuelto y están empezando a reparar las casas, muchos están poniendo ventanas nuevas. Sería terrible que tuviéramos que dejarlo todo de nuevo".
El lunes se abrió en Lugano (sur de Suiza) una conferencia con cerca de mil responsables de países aliados de Ucrania, instituciones internacionales y miembros del sector privado para trazar las líneas de la futura reconstrucción de Ucrania.
La reconstrucción de Ucrania es "la mayor contribución a la paz mundial", afirmó en la apertura por videoconferencia el presidente Zelenski.
"Plan Marshall"
Zelenski no viajó, pero están presentes su primer ministro, Denys Shmyhal, el presidente del parlamento ucraniano Ruslan Stefanchuk, así como una delegación de unas cien personas.
Tienen previsto reunirse con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para sentar las bases de un "Plan Marshall" para Ucrania, en referencia al programa económico estadounidense que ayudó a levantar a Europa Occidental de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial.
La presidenta de la Comisión Europea lanzó un enérgico "Slava Ukraini" ("Gloria a Ucrania") para concluir un discurso en el que insistió en reconstruir una Ucrania mejor que la que existía antes de la guerra.
La conferencia se había programado antes de que Rusia invadiera el país y su objetivo inicial era debatir sobre las reformas en Ucrania, incluida la lucha contra la corrupción endémica, pero la ofensiva rusa llevó a que se oriente hacia la reconstrucción.
El coste de la reconstrucción está estimado en 750 mil millones de dólares, dijo Shmyhal, insistiendo en que los activos rusos bloqueados por las sanciones deben ser usados para levantar el país arrasado por la guerra.
Robert Mardini, director general del Comité Internacional de la Cruz Roja, estimó en la cadena suiza RTS que, aunque la verdadera reconstrucción tendrá que esperar a que terminen los combates, es vital dar "una perspectiva positiva a los civiles".