temo por la seguridad de mi familia en Nicaragua. Temo por mi esposa y por mi hija, que son nicaragüenses, y por mis hermanos y mis familiares mexicanos o nicaragüenses que viven en Nicaragua. Yo me libré de 14 años de cárcel, pero mi familia sigue en Nicaragua".
Así, locuaz, directo, inquieto, se expresó este domingo el arquitecto mexicano-nicaragüense Arnoldo Horacio Guillén Monterrubio, de 61 años, en una entrevista.
Acusado de difundir propaganda opositora, Guillén fue detenido el martes anterior en la noroccidental ciudad nicaragüense de Corinto, llevado a Managua y sometido a intensos interrogatorios, como parte de la política del gobierno de Nicaragua de impedir cualquier forma de manifestación pública en su contra.
Reconocido como un discreto opositor al cuestionado gobierno nicaragüense, Guillén fue detenido el mismo día en que se cumplieron cinco años del estallido de las multitudinarias protestas antigubernamentales en esa nación en demanda de democracia y de libertad.
Los relatos sobre la captura precisaron que ocurrió en una zona pública de Corinto en momentos en que supuestamente Guillén acudió a un sitio a distribuir propaganda, panfletos o calcomanías blanco y azul, colores que son el símbolo de la oposición política de Nicaragua, describieron los informes.
Con exitosas gestiones del gobierno mexicano ante el cuestionado régimen del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, para pedir su liberación, Guillén fue expulsado el sábado en la tarde en avión en vuelo directo de Managua a la Ciudad de México.
Darwing Guillén Monterrubio, de 62 y hermano de Arnoldo, confirmó a este diario el sábado que su hermano ya estaba libre en México, tras viajar en un vuelo directo de Aeroméxico de Managua a la Ciudad de México que salió a las 13:45 horas (tiempo del centro de México) y arribó a las 16:30.
Arnoldo fue recibido por las mexicanas Delia y Adriana Rangel Rivera, primas maternas, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.