cinco días de escalada militar entre Israel y el grupo Yihad Islámica que dejó 33 muertos en la Franja, mientras la destrucción material por los ataques israelíes se deja ver entre las calles y las pérdidas económicas se valoran en más de 45 millones de euros.
Desde que el intenso intercambio de fuego entre el Ejército israelí y milicianos palestinos acabó anoche tras alcanzarse a una tregua con mediación de Egipto, la calma retornó progresivamente en el enclave costero. Por la mañana abrieron de nuevo la mayor parte de comercios, empresas, ministerios o instituciones oficiales, mientras que la gente salió a trabajar y retomó su rutina.
Tras días de encierro por temor a las bombas, el tráfico ajetreado se volvía a percibir entre las calles de Gaza. Por otro lado, tanto centros escolares como universidades permanecieron cerrados, y se espera que los estudiantes regresen finalmente este lunes a las aulas.
El sábado en la noche, tras declararse el alto el fuego, residentes de la Franja salieron a celebrar el fin de hostilidades, que causaron 33 muertos -18 milicianos y 15 civiles, entre ellos 7 niños- en la Franja, así como de dos personas en Israel -una anciana israelí de 80 años y un gazatí con permiso de trabajo-.
Los bombardeos israelíes -que en parte fueron contra comandantes del brazo armado de Yihad Islámica, con 6 de ellos muertos- dejaron también alrededor de 26 edificios completamente destruidos, mientras que unas cien viviendas sufrieron daños graves o moderados.
En la Franja de Gaza, los habitantes lamentaron los daños causados por los ataques israelíes, que destruyeron 51 viviendas y obligaron al desplazamiento de unas 950 personas según la ONU, indicó la agencia AFP.
-Miedo, incertidumbre y encierro-
"Estamos en la calle, no hay casa para mis hijos", declaró Mohammed al Louh, de 69 años, cuya casa fue destruida el sábado en el campo de refugiados de Nuseirat.
"Tuvimos mucho miedo", contó Yael en la ciudad costera de Ascalón. "Estar encerrado en casa durante cuatro días es muy difícil (...), ahora volvemos a respirar", añadió la mujer de 60 años.
En total, los intercambios de fuego también dejaron heridas a 190 personas en Gaza, y a 77 del lado israelí.
Tras días de ataques, la sensación entre la población gazatí es en parte de alivio, aunque hay temor de que el alto el fuego dure poco y de que la tensión aún existente entre Israel y la Yihad Islámica derive en una nueva escalada que aseste aún más daños a la Franja, bajo bloqueo por tierra, mar y aire por parte de Israel desde que el movimiento islamista Hamás tomó el control del lugar en 2007.
-Reanudan transporte de mercancías-
Asimismo, el transporte de mercancías y el paso de personas hacia el enclave se reanudó tras la apertura por parte de Israel de los cruces de Erez y Kerem Shalom, cerrados desde que el pasado martes empezó la operación militar israelí, denominada Escudo y Flecha.
En las ciudades y comunidades israelíes cercanas a Gaza, las más afectadas por el intenso disparo de cohetes y morteros desde la Franja de estos días, la vida también volvía a la normalidad y se levantaban las restricciones de movimiento y reunión impuestas.
El papa Francisco expresó en su tradicional misa dominical en el Vaticano su esperanza de que se llegue a un alto el fuego más duradero, "porque las armas no aportarán seguridad ni estabilidad".