la capacidad de los agricultores del corredor seco de Centroamérica, como este sistema de riego.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) firmaron este lunes un Acuerdo Marco de Cooperación que busca apoyar la transformación de los sistemas agroalimentarios en los países del corredor seco.
El pacto busca potenciar la colaboración entre la FAO y el Sistema para promover determinantes económicos, sociales, ambientales y culturales de la seguridad alimentaria y nutricional.
Además, facilitará el intercambio de conocimientos y experiencias en temas como la agricultura resiliente, el cambio climático y la gestión sostenible de los recursos naturales (incluyendo el agua, la tierra, los bosques y la biodiversidad), entre otros.
Durante la LVII Reunión Ordinaria de jefes de Estado y de Gobierno del Sistema de la Integración Centroamericana, celebrada en Placencia, Belice, el representante regional de FAO para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin, destacó la importancia del trabajo coordinado con los Estados miembros para abordar el impacto que el hambre, la malnutrición y la pobreza han causado en las naciones.
Al mismo tiempo, destacó que “la seguridad alimentaria y la nutrición se han consolidado como ejes centrales en las agendas de desarrollo de todas las regiones del mundo con acciones muy notables que nos demandan promover una mayor cooperación conjunta, a través de un diálogo abierto y permanente”.
En esta linea de colaboración, Lubetkin destacó que el acuerdo “suma esfuerzos para ampliar las inversiones y las soluciones sostenibles en el gran territorio del Corredor Seco, apoyando a los países en la trasformación de la agricultura, para que sea más resiliente y adaptada al cambio climático y a su vez, generando alimentos y más oportunidades de empleo e ingresos, basadas en sistemas de producción sostenible”.
La FAO, junto con diversas instancias del SICA trabajan coordinadamente y desarrollan políticas que priorizan la integridad de los bosques e implementan soluciones para la adaptación y mitigación del cambio climático, fomentando así el desarrollo económico sostenible y garantizando al mismo tiempo la conservación de las reservas de carbono y la biodiversidad.
::: Crece el hambre y la inseguridad alimentaria :::
América Latina y el Caribe ha sufrido el impacto de una serie de crisis que han provocado el aumento del hambre y la malnutrición. La desigualdad de ingresos de la región, el cambio climático y una crisis económica generalizada, han sido factores preponderantes en esta situación.
Entre el 2019 y el 2021, la inseguridad alimentaria en la región aumentó en casi 100 millones de personas y el número de personas que sufren hambre pasó de 43,3 millones a 56,5 millones
En los países miembros del SICA, este último registro se evidenció con un crecimiento de 7,2 a 7,5 millones de personas, valores registrados 20 años atrás.