ha trascendido el ámbito diplomático y levanta olas en la política interna mexicana.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no entiende el revuelo en torno a la participación de un contingente ruso en el desfile del Día de la Independencia. "Hicieron un escándalo. Me llamó la atención porque también desfilaron de China y no hubo tanto escándalo, todo fue Rusia. Se invitó a todos los Gobiernos con los que México tiene relaciones, siempre se hace", indicó AMLO en su conferencia mañanera.
Pero ocurre que Rusia está en el centro de la polémica, debido a la guerra que libra contra Ucrania. La embajadora ucraniana en México hizo pública su molestia en términos muy contundentes: afirmó que el desfile fue "mancillado por la participación de un regimiento ruso: sus botas y manos de criminales de guerra están manchadas de sangre".
Fernanda Cardoso Caballero, licenciada en Relaciones Internacionales y profesora de Gestión Pública de la Escuela de Graduados y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, considera que "a nivel castrense, no se incumplió con ninguna doctrina. Sin embargo, a nivel diplomático, sí fue un titubeo importante. Porque México ha mostrado una política de neutralidad con respecto a Ucrania y Rusia, y el haber aceptado la participación rusa en el desfile, de alguna manera inclina un poco más la balanza hacia Rusia”.
::: La política exterior mexicana :::
El gobierno de López Obrador ha condenado la invasión rusa de Ucrania, pero no se ha sumado a las sanciones internacionales contra Moscú. México se remite a su clásica neutralidad. Y, en realidad, en su política internacional Rusia no parece jugar un papel central. "La política exterior mexicana de los últimos cinco años se ha concentrado en Estados Unidos, y algo en Centroamérica, debido a la problemática de los migrantes, y un poco en Cuba”, hace notar Yesko Quiroga, representante de la Fundación Friedrich Ebert en Ciudad de México, a DW.
No obstante, no solo la presencia en el desfile de una delegación rusa -entre las de otros varios Estados- llama la atención. También participaron "Nicaragua, Venezuela o China, países que probablemente no sean los más democráticos ni los mejor vistos a nivel internacional en estos momentos”, dice Fernanda Cardoso a DW. Y recuerda en este contexto la doctrina mexicana de no reconocer regímenes que vengan de procesos electorales turbios o que emanen de golpes de Estado. Considerando eso, apunta que se cometieron "muchos errores en este desfile militar”.
La analista atribuye la mayor inclinación mexicana hacia países como China y Rusia, y hacia la izquierda latinoamericana, a la intención de "demostrar que podemos ser un tanto más independientes de los intereses estadounidenses en México”. Pero subraya que, "a nivel práctico, la realidad es que Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, y México responde ante los estímulos económicos que dicta la economía estadounidense”.
::: Munición electoral :::
Andrés Manuel López Obrador, en todo caso, subraya que las invitaciones al desfile son asunto de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y que no ha habido nada nuevo. Pero, en época preelectoral, la oposición mexicana ha encontrado municiones que lanzar contra el gobierno.
Xóchitl Gálvez, candidata del opositor Frente Amplio a la presidencia, criticó con dureza al presidente: "No invitó a los representantes de los Poderes Legislativo y Judicial, pero sí a militares de gobiernos autoritarios. Ya dejó claro que sus amigos son los dictadores, no los demócratas”, dijo en redes sociales. Y el presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, calificó de "insulto y grave desacierto” del gobierno haber invitado a un contingente militar ruso al desfile. "Abrirles las puertas es avalar a su actuar invasor”, sentenció.
Fernanda Cardoso cree que la reacción diplomática de Ucrania es pertinente, y que el gobierno debería responder por la vía diplomática. Pero hace notar que, "debido a la coyuntura política que estamos viviendo en el país, esta situación se está tomando como un estandarte de parte de la oposición a Morena (el partido gobernante). Esto ha hecho mucho más candente la situación; la ha vinculado a una perspectiva política a nivel interno y no se ha quedado, lamentablemente, en el marco diplomático”.