tres soldados en Jordania, del que Estados Unidos culpa a las milicias respaldadas por Irán. El objetivo principal es evitar una nueva escalada. "No creo que necesitemos otra guerra en Oriente Próximo", dijo Biden en la Casa Blanca.
Desde el 18 de octubre, el ejército estadounidense ha contabilizado un total de 166 ataques contra instalaciones militares estadounidenses, 67 de ellos en Irak, 98 en Siria y ahora uno en Jordania (al 30 de enero). El ataque con drones del 28 de enero es el primero desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamás en el que mueren soldados estadounidenses. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, declaró que "habrá un enfoque por fases, no sólo una acción única, sino posiblemente múltiples acciones a lo largo de un periodo de tiempo".
::: Acción militar
Irán y Estados Unidos están enfrentados desde hace décadas. Según el taller de pensamiento Atlantic Council, las fuerzas armadas estadounidenses, presentes en la región con varios portaaviones, podrían llevar a cabo ataques selectivos contra instalaciones y fuerzas iraníes en la región. Irán financia y suministra armas a numerosas milicias de la región.
Los ataques contra bases navales serían posibles, al igual que un ataque directo contra unidades de la Guardia Revolucionaria Islámica. Según informes iraníes, varios miembros de la Guardia Revolucionaria murieron recientemente en un ataque aéreo israelí en Damasco, la capital siria.
Sin embargo, las fuerzas estadounidenses también podrían atacar posiciones de las milicias respaldadas por Irán desde el aire: en Siria, Irak o cualquier otro lugar de la región. Israel vuela repetidamente este tipo de ataques contra instalaciones estratégicas, depósitos de armas o importantes líderes militares, para eliminar así posibles fuentes de peligro.
Sin embargo, el presidente estadounidense Biden también podría ordenar operaciones especiales o acciones encubiertas contra altos dirigentes iraníes o instalaciones clave del régimen. En este caso serían necesarios servicios secretos y fuerzas especiales.
::: Diplomacia y política
Aunque es probable que la respuesta estadounidense incluya un componente militar, el gobierno de Estados Unidos también dispone de un amplio arsenal de medidas políticas y diplomáticas. Washington podría intentar sentar a la potencia regional, Irán, a la mesa de negociaciones y buscar una solución política. Sin embargo, es más probable que Estados Unidos siga propiciando el aislamiento internacional de Irán para aumentar la presión sobre el régimen.
Entre las posibles medidas políticas se incluye un mayor endurecimiento de las sanciones económicas vigentes contra Irán. Washington podría ejercer aún más presión sobre terceros países e instituciones financieras internacionales para restringir la libertad de movimientos financieros de los dirigentes iraníes.
En el plano técnico, Estados Unidos podría mejorar sus capacidades de defensa contra los ataques de aviones no tripulados y equipar mejor a sus aliados en la región. En el pasado, Estados Unidos ha reaccionado a menudo a las amenazas o ataques en Oriente Medio con una mezcla de respuestas militares, diplomáticas y económicas.
El predecesor de Biden, Donald Trump, dio la orden de matar al popular general iraní Qasem Soleimani con un dron en la capital iraquí, Bagdad, hace cuatro años. Anteriormente, Trump había responsabilizado indirectamente a Soleimani de varios atentados, entre ellos el perpetrado por milicias proiraníes contra la embajada estadounidense en Bagdad.