que pasó a la "clandestinidad" en Venezuela porque teme por su vida, en momentos en que arrecian las amenazas de cárcel en su contra tras sus denuncias de fraude en la reelección del presidente Nicolás Maduro.
Machado reivindica un triunfo arrasador de su candidato, el diplomático Edmundo González Urrutia, y asegura tener las pruebas para demostrar lo que considera el robo de los comicios. Los dos aparecieron en público por última vez el martes en una concentración en Caracas junto a miles de personas.
"Escribo esto desde la clandestinidad, temiendo por mi vida, por mi libertad", expresó Machado en un artículo de opinión en el Wall Street Journal.
Una fuente opositora dijo que Machado "está en resguardo". Por su parte, González Urrutia se ha mantenido fuera de las redes sociales durante casi 24 horas.
Tras la proclamación de Maduro, el lunes estallaron protestas en Caracas y otras ciudades que dejaron 11 civiles muertos, según oenegés de derechos humanos. La Fiscalía reportó más de 1.000 detenidos.
Machado abogó por el "cese inmediato de la represión" en las protestas para alcanzar "un acuerdo urgente que facilite la transición a la democracia".
Maduro responsabilizó el miércoles a Machado y a González Urrutia de violencia durante las protestas y dijo que "deben estar tras las rejas". "Ustedes tienen las manos manchadas en sangre", expresó el mandatario.
::: Sin detalle de resultados de votación
La autoridad electoral no presentó aún el detalle de los resultados del domingo, según los cuales Maduro fue reelecto con el 51% de los votos frente a 44% de González Urrutia. En tanto, crece la presión internacional por un escrutinio transparente.
La oposición denunció durante los últimos meses de la campaña una persecución en contra de dirigentes antichavistas, con un centenar de detenidos. "La mayor parte de nuestro equipo está escondido (...). Podría ser capturada mientras escribo estas palabras", indicó Machado en el WSJ.
Seis de los más cercanos colaboradores de la popular dirigente, que no fue candidata tras una inhabilitación política, se resguardan en la embajada de Argentina, cuya custodia pasó este jueves a Brasil luego que el personal diplomático fuera expulsado del país.
En los últimos días le cortaron la electricidad a la legación argentina, según denuncias de opositores.
"Hubo mucho asedio en la sede diplomática", dijo a periodistas Pedro Urruchurtu, uno de los refugiados. "No hemos cometido ningún delito y estamos protegidos porque nos están persiguiendo", acotó.