diplomáticos y actuar con cautela ante la creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela. El llamado ocurre tras el despliegue militar estadounidense en el Caribe y las medidas de presión contra la administración de Nicolás Maduro.
Así lo señaló el representante mexicano ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Héctor Vasconcelos, durante su intervención ante el Consejo de Seguridad del organismo donde se abordó la agresión de EE.UU. contra Venezuela.
"Ninguna diferencia entre Estados debe resolverse mediante amenazas o el uso de la fuerza. La historia demuestra que la amenaza o el uso de la fuerza conducen invariablemente a mayor sufrimiento humano y a la erosión del orden jurídico internacional", señaló el diplomático mexicano.
Vasconcelos recordó que América Latina y el Caribe se han caracterizado históricamente por ser una zona de paz, y por ello México siempre aboga porque la región se mantenga así para garantizar la seguridad internacional. "El diálogo y la negociación son las únicas vías legítimas y eficaces para resolver en el largo plazo las diferencias existentes", dijo.
El diplomático también alertó que "la reciente escalada de tensiones y el despliegue de fuerzas militares en el sur del mar Caribe, representan actos que ponen en riesgo la estabilidad regional", por lo cual "resulta imperativo" que el continente abogue por preservar la "convivencia pacífica".
Por ello, señaló que ante la escalada actual, "el diálogo y la negociación son las únicas vías legítimas y eficaces" para resolver las tensiones entre Caracas y Washington. En ese sentido, resaltó que México también hace un "llamado a todas las partes" para que a través de la diplomacia puedan resolver las diferencias y así "evitar medidas que puedan agravar la situación", así como también "evitar una confrontación cuyas consecuencias son imprevisibles".
::: Venezuela bajo el asedio de EEUU
• Desde agosto pasado, EE.UU. mantiene el mayor despliegue militar de las últimas décadas en las aguas del Caribe, con presencia sostenida de activos navales y aéreos. En un primer momento, Washington justificó esta operación bajo el argumento del supuesto combate al narcotráfico, responsabilizando, sin presentar pruebas, al Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de contribuir a ese delito.
• Con el paso de los meses, la narrativa oficial de Washington ha experimentado un giro previsible. Tal como había denunciado el Gobierno venezolano, el supuesto foco en el narcotráfico ha dado paso a un discurso abiertamente centrado en el control y la apropiación ilegal de los recursos energéticos del país suramericano, en un contexto de creciente presión económica y amenazas de uso de la fuerza. En las últimas semanas, ha EE.UU. ha incautado al menos dos buques petroleros, en un acto tildado por Caracas de "robo" y piratería".
• La operación militar estadounidense también ha tenido consecuencias letales. Más de 100 personas han muerto como resultado de más de una veintena de bombardeos contra pequeñas embarcaciones en aguas del Caribe y el Pacífico, sin que EE.UU. haya demostrado públicamente la vinculación de estas con actividades ilícitas.
• Frente a estas acciones, Caracas anunció que acudirá este martes al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para denunciar lo que califica como agresiones militares de EE.UU. y una violación del derecho internacional. Rusia expresó este lunes que "brindará toda su cooperación y apoyo a Venezuela en contra del bloqueo", al tiempo que China repudió cualquier acción que "infrinja la soberanía y la seguridad de otros países o constituya actos unilaterales de intimidación".
• De manera previa, el presidente Nicolás Maduro remitió una carta a los Estados miembros de Naciones Unidas, en la que alertó sobre "una escalada de acciones de extrema gravedad por parte del Gobierno de EE.UU.". En la misiva, advirtió que estas operaciones amenazan con desestabilizar a toda la región del Caribe y al sistema internacional en su conjunto.