“Me reuní dos veces con el comandante de la Marina en ese momento, con Massera”, aseguró Jorge Bergoglio hace tres años ante el tribunal de Buenos Aires que juzgó los crímenes cometidos en la mayor cárcel de la última dictadura (1976-1983), la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), bajo la dirección de Massera.
“Mire, Massera, yo quiero que aparezcan”, le comunicó Bergoglio, que entonces era el padre provincial de los jesuitas, en la segunda entrevista, de la que recordó, en el juicio, que “fue muy fea y duró menos de diez minutos”. Esa entrevista ocurrió dos meses después de la primera cita, cuando, según Bergoglio, “ya era casi seguro que (a los dos jesuitas) los tenían ellos (la Armada)”.