Snowden pidió a inicios de la semana pasada el asilo político a unos 20 países, entre ellos Rusia, y volvió a solicitarlo esta última después que Putin pusiera como condición que el ex consultor de inteligencia dejara de difundir datos sobre el programa estadunidense de vigilancia electrónica.
Invisible desde su llegada a la zona de tránsito de este aeropuerto, Snowden convidó el viernes a 13 personalidades rusas -defensores de derechos humanos, abogados y políticos cercanos al poder-, para pedirles que le ayuden a obtener el asilo político.
Durante esa reunión el estadounidense de 30 años les dijo que deseaba solicitar el asilo político a Rusia, esperando poder luego viajar a América latina, donde Venezuela, Bolivia y Nicaragua dijeron estar dispuestos a recibirlo.
Tras el encuentro en el aeropuerto, el presidente estadounidense, Barack Obama, llamó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, "para tratar, entre otros, del caso Snowden", indicó el sábado el Kremlin.
A pesar del anuncio de Snowden, las autoridades rusas seguían el domingo esperando su solicitud oficial de asilo.
"De momento, no sabemos nada" sobre tal solicitud, declaró Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, a la agencia de prensa Interfax.
Poco antes, el jefe del servicio de Inmigración Konstantin Romodanovski también había afirmado no disponer de "ninguna demanda hecha por Snowden". El canciller ruso, Serguei Lavrov, declaró por su parte el sábado que las autoridades rusas "no están en contacto con Snowden", y subrayó que para pedir el asilo, debe hacerlo al servicio de Inmigración.
El periodista que recibió las filtraciones de Snowden, Glenn Greenwald, dijo en una entrevista el sábado al diario argentino La Nación que el exconsultor aún cuenta con una "enorme cantidad de documentos".
"Snowden tiene suficiente información como para causar más daño en un minuto del que cualquier otra persona haya tenido jamás en la historia de Estados Unidos", dijo Greenwald, bloguero y columnista estadounidense del diario británico The Guardian que reveló la extensa red de espionaje cibernética de Estados Unidos filtrada por Snowden.
Desde Brasil, donde está basado, Greenwald agregó que Snowden "tiene una enorme cantidad de documentos que serían muy dañinos para el gobierno de Estados Unidos si fueran hechos públicos".
El periodista especializado en temas de seguridad internacional consideró no obstante que "ese no es el objetivo" de Snowden.