Sostuvo que "de la valentía que el Papa muestre en asuntos como este depende probablemente la supervivencia a largo plazo de la Iglesia".
Refirió que miles de curas que dejaron el sacerdocio y se casaron quisieran volver a ejercer en esa condición, mientras las parroquias no pueden asegurar su función si carecen de sacerdotes.
Aclaró que "si se revisara el celibato obligatorio, solo la misoginia podría explicar que no se reexaminara al mismo tiempo la prohibición a las mujeres de ejercer el sacerdocio, que tampoco es un dogma".