En el barrio residencial de Barra da Tijuca, unos mil 100 militares fueron desplegados para resguardar el hotel donde será anunciado el consorcio ganador que explotará el campo de Libra, situado en la cuenca de Santos con reservas probadas de entre 8 mil y 12 mil millones de barriles de crudo.
En el apogeo de la protesta hubo 400 personas, según los organizadores, pero poco antes del anuncio no quedaban sino unos 200, entre trabajadores petroleros y jóvenes encapuchados de un grupo anarquista.
“Vamos a resistir lo máximo que podamos, no vamos a impedir la subasta pero sí vamos a molestar”, dijo Renato Campos, un encapuchado de 26 años con dos piedras en la mano, “listo para atacar”.
Unos 50 encapuchados arrancaron planchas de latón de una construcción para usar como escudos y lanzaron piedras contra los agentes de seguridad.
Señales de tránsito fueron destruidas y se quemó basura en la calle. Dos vehículos de los canales de televisión Bandeirantes y Record fueron dañados.
“Creo que perdimos esta batalla, pero con seguridad no la guerra”, añadió Leandro Lanfreide, un trabajador petrolero, que con dos colegas estaba parado frente al cordón de seguridad con una bandera de Brasil.
Desde el camión de sonido, un portavoz de los sindicatos petroleros decía que las fuerzas de seguridad lanzaban las bombas de gas contra las personas erradas. “Deberían lanzarlas dentro de ese hotel, donde se vende el petróleo del país”, exclamaba.
En medio de los enfrentamientos, varias personas seguían disfrutando del día de playa a pocos metros del hotel, mientras varios ejecutivos de traje y corbata entraban al hotel refregándose los ojos llorosos por el gas.
“Creemos que al ser una reserva estratégica del país no debe ser licitada (...). Petrobras tiene capacidad y está capacitada para explotar Libra”, indicó Ronaldo Leite, presidente del núcleo de Rio de Janeiro de la central sindical CTB. Según la TV Globo, resultaron cinco personas heridas.
Marcelo Tigre, profesor de 38 años, recibió un balazo de goma en la oreja. Tapando la herida con un trapo lleno de sangre, dijo “están exagerando con las bombas, no importa si la manifestación es pacífica. Si uno protesta, te atacan”.