Tres nuevos países, Uruguay, Francia y Nueva Zelanda, han aprobado este año leyes que autorizan las uniones, con lo que son ya una realidad en quince naciones.
También es legal en dieciséis estados de los Estados Unidos y el Distrito de Columbia; y en algunos otros territorios como la capital de México o el estado mexicano de Quintana Roo.
Sin embargo, en el Territorio de la Capital Australiana (ACT), que incluye a Camberra, la ley que permitió estas uniones y que se aprobó en octubre pasado fue declarada ilegal apenas dos meses después.
En Francia, las primeras bodas entre homosexuales se celebraron en mayo, a pesar de la fuerte contestación social que tuvo esta medida adoptada por el gobierno socialista galo, que generó manifestaciones en las principales ciudades con la asistencia de centenares de miles de personas.
La ley que permite estas uniones y la adopción a parejas del mismo sexo llegó incluso al Tribunal Constitucional galo, que rechazó que los alcaldes puedan esgrimir una "cláusula de conciencia" para evitar oficiar matrimonios homosexuales en sus municipios.
En Uruguay la ley entró en vigor en agosto y en octubre una oficial se convirtió en la primera integrante de las Fuerzas Armadas que contrajo matrimoniocon una persona de su mismo sexo, algo impensable apenas un año atrás.
En mayo llegó el reconocimiento de los matrimonios homosexuales a Brasil, aunque en este caso no partió del Parlamento sino de la Justicia.
De hecho fue el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) brasileño el que aprobó una resolución que legaliza el casamiento entre personas del mismo sexo, aunque sin ninguna legislación específica que garantice su cumplimiento.
En el Reino Unido, la ley que legaliza estas uniones recibió la sanción de la reina Isabel II el 17 de julio, aunque no se celebrarán en Inglaterra y Gales (Irlanda del Norte y Escocia tienen las competencias transferidas) hasta el verano de 2014.
Irlanda celebrará un referéndum el próximo año antes de legislar sobre el tema, mientras en Croacia, una consulta celebrada el 1 de diciembre cerró la puerta a estos matrimonios.
Y en Vietnam, el único país de Asia que ha hecho un movimiento en este sentido, el Gobierno ha aprobado un nuevo decreto que tolera las ceremonias de boda homosexuales aunque no les otorga valor legal.
Hay además países que permiten ya uniones civiles de personas del mismo sexo, con derechos similares a los del matrimonio, aunque sin esa denominación, entre ellos, Alemania, Irlanda, Israel o la República Checa.
Pero los homosexuales no han recibido sólo buenas noticias este año: Rusia aprobó una polémica ley que pretende proteger a los menores y que ha sido tachada de homófoba por la comunidad internacional y Croacia pretende declarar estas uniones inconstitucionales.
En el caso de Rusia, las agresiones contra gays por parte de grupos radicales se han multiplicado en los últimos meses y alguna de ellas ha acabado con la muerte de la víctima y su difusión a través de internet.
De estas situaciones ha dado cuenta Amnistía Internacional (AI), quien en su informe anual sobre derechos humanos denunció el aumento de la persecución de los homosexuales especialmente en África y un incremento de la retórica xenófoba en Europa.
También, La India, uno de los gigantes asiáticos, dio un paso atrás en este sentido tras declarar ilegales las relaciones homosexuales que habían sido permitidas por ley hace cuatro años.
En los países árabes, las "primaveras revolucionarias" no han logrado tampoco avances al respecto y en muchos de estos países se persiguen y se castigan, a veces con severas penas de cárcel, las relaciones homosexuales.
Este rechazo se hizo evidente cuando representantes de los países de la Organización de la Cooperación Islámica abandonaron hace algo más de un año una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para protestar por la celebración de una sesión especial sobre los derechos de homosexuales y transexuales.
La falta de avance de estas naciones se ha visto suavizada con la postura mostrada por el Papa Francisco con respecto al colectivo homosexual en los primeros meses de Pontificado.
"Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad ¿quien soy yo para juzgarla"?, dijo el papa durante un vuelo de regreso desde Río de Janeiro a Roma, unas palabras que han suscitado una gran expectación y que han sido interpretadas por algunos como un "cambio de época" en la Iglesia.