Estos números indican, según los analistas, que ya son irremontables y parece haber ganado en todas partes del país, salvo un puñado de comunas. En algunos lugares con 70 por ciento.
La vocera de la Nueva Mayoría, Javiera Blanco, manifestó que es el triunfo de una campaña limpia y positiva y que han ganado las ideas.
Ahora la derecha anuncia que por la cantidad de votos, Michelle Bachelet no tiene autoridad para hacer sus cambios. El vocero de la derecha, Carlos Larraín aseguró que se diga lo que se diga, la nueva presidenta es legítima.
Con una participación inferior en varios puntos a la primera vuelta, Michelle Bachelet perdía por poco en las comunas elegantes de la capital, pero tenía ventaja en las comunas populares.
En el primer resultado oficial del Servicio Electoral, en 49 mesas y 2 mil 259 sufragios, Michelle Bachelet obtenía un 58.97 por ciento y Evelyn Matthei tenía 40.02 por ciento.
Se abre una nueva etapa en el país: Bachelet
Michelle Bachelet habló esta noche sin perder su sencillez ni su sonrisa, aunque se emocionó al nombrar a su madre Ángela Jeria y a su padre, el asesinado general Alberto Bachelet.
Reiteró que agradece a todos los que la apoyaron y afirmó “creo en el pueblo” y, en una bofetada a los sectores neoliberales, dijo que representa “un sueño colectivo”, en respuesta a quienes hablan de las “ambiciones personales” como bien supremo.
Aseguró que se abre una nueva etapa en la que se transformará a fondo el país, con una nueva Constitución, reformas educacionales, laborales, tributarias y de los sistemas de salud, y anunció que los chilenos en el extranjero tendrán derecho a voto.
El derrumbe de la derecha y el voto voluntario
La derecha se derrumbó esta noche, alegando en sus gritos de ahogado que no votaron algo menos de un millón de personas respecto de la primera vuelta en noviembre y eso desmerece a la triunfadora.
Michelle Bachelet reiteró el cumplimiento de su programa. Indicó que hubo un paréntesis que ahora termina y la transición a la democracia ha terminado finalmente. Feliz, pero sin perder su sencillez, la presidenta electa fue aclamada especialmente por mujeres de todas las edades, muy emocionadas.
Esto no lo dice para nada la derecha, pero hubo un intervencionismo gubernamental descarado que en este día se manifestó en que no hubo prácticamente transporte público en las grandes ciudades e incluso oficiales de carabineros a las puertas de los centros de votación, acompañando a los electores para tratar de disuadirlos, amablemente, de que se regresaran a sus hogares sin sufragar.
La primera en reconocer la derrota, ante la reticencia de su comando, fue Matthei y llamó a su contrincante para felicitarla. El milagro que ella esperó hasta último minuto no se produjo y lloró al reconocer su catástrofe. Terca y resentida, dio consejos a la Nueva Mayoría y atacó las ideas de cambio constitucional, de reforma tributaria y de educación gratuita para todos.
Pero también se derrumbó el voto voluntario, dado que en esta ocasión la participación lindó 47 por ciento, según el gobierno. Aunque Michelle Bachelet tuvo una mayor cantidad de sufragios que en primera vuelta, en números absolutos, más de 3 millones 400 mil votos, casi los mismos de Sebastián Piñera hace cuatro años.
Con esta cifra se vino abajo definitivamente el infame sistema binominal, las dictaduras internas de grupitos en los partidos, la carencia de bases y otros temas similares, como dijo el ex ministro Francisco Vidal.