La cámara baja del estado ya aprobó a finales de enero esta propuesta que, en caso de aprobarse, convertiría a Virginia en el primer estado de Estados Unidos con un uso obligatorio de la electrocución.
Actualmente en el estado se da a elegir a los condenados a muerte entre la inyección letal y la silla eléctrica, y tres de las últimas seis ejecuciones que se han llevado a cabo han empleado la electrocución.
Además de Virginia, otros siete estados permiten las ejecuciones con la silla eléctrica, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte de Estados Unidos, aunque todos ellos ofrecen la inyección letal como método primario.
Sin embargo, la mayoría de los 32 estados que aplican la pena de muerte en Estados Unidos están teniendo problemas para conseguir los componentes con los que se fabricaban las inyecciones letales convencionales.
Ante este escenario, algunos estados están probando inyecciones letales con fórmulas alternativas y otros, como Virginia, están buscando cambios en la legislación.
El estado de Wyoming está debatiendo una propuesta similar, mientras que en el congreso estatal de Misuri se ha presentado una iniciativa para volver a permitir las ejecuciones con pelotones de fusilamiento.
La escasez de inyecciones letales se debe a que la empresa estadounidense que fabricaba el anestésico que se utilizaba en las inyecciones letales detuvo su producción en 2011, y meses después la Comisión Europea prohibió la exportación de productos para ser usados en la aplicación de la pena capital.