En un comunicado conjunto, las dos organizaciones insurgentes aseguraron que el reciente escándalo por las presuntas escuchas ilegales que la inteligencia militar habría realizado desde Bogotá, también afecta los acercamientos de paz con el ELN.
“Desde oficinas del Estado se preparan operaciones contra la consecución de la paz y la democratización del país, viejos anhelos de nuestro pueblo que se procuran alcanzar con la Mesa de La Habana y la aproximación entre gobierno y ELN", indicó la misiva.
Añadió que los esfuerzos de paz que se hacen para poner fin a medio siglo de conflicto en Colombia “pueden echarse a perder torpemente si no se apartan definitivamente de sus gestiones las acciones de inteligencia militar y policial”.
Medios de prensa colombianos denunciaron la semana pasada que desde un local comercial en Bogotá, se espiaba a delegados del gobierno colombiano en los diálogos que se realizan con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba.
Además, según informes de una televisora internacional, el seguimiento ilegal alcanzó a periodistas que cubren las negociaciones entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y los rebeldes para poner fin a 50 años de guerra interna.
El comunicado dejó en claro que la realización de tareas de inteligencia u operaciones militares "no sólo mina la confianza en la seriedad del interlocutor, sino que conduce al fracaso de los propósitos perseguidos con las aproximaciones y encuentros".
Además de la negociación de paz con las FARC, el gobierno de Santos promueve acercamientos con el rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN), para conseguir una salida pacífica a medio siglo de conflicto armado en Colombia.