López, contra el que pesa una orden de captura por los incidentes del pasado miércoles al término de una marcha pacífica que dejaron tres muertos en su momento -cifra que hoy ha ascendido a cuatro-, había señalado momentos antes que se entregaría a una "justicia injusta" y una "justicia corrupta" y aseguró que no pasaría a la clandestinidad ni se marcharía de Venezuela.
López es acusado por el gobierno de promover los recientes hechos de violencia y se entregó en medio de una multitudinaria concentración opositora que fue contenida por un cerco policial.
Tras dirigirse a los manifestantes en la plaza Brión, en el este de Caracas, López caminó hacia el cordón policial, fue esposado y sacado del lugar por agentes de la Guardia Nacional (policía militarizada). El dirigente fue trasladado del lugar en un vehículo militar blindado al que abrieron paso los manifestantes.
Antes de entregarse, López dio un discurso a sus partidarios reunidos en la Plaza en el que dijo que no tenía nada que esconder y que si su detención servía para que el pueblo despertara "vale la pena". "Me entrego ante una justicia injusta, corrupta, que no juzga de acuerdo a la Constitución y las leyes. Me presento ante ustedes con un profundo compromiso de que si mi encarcelamiento sirve para que despierte el pueblo, lo asumo", dijo con un altavoz sobre un camión.
Agregó que desea un cambio en paz, en democracia y que por ello acepta este encarcelamiento "infame".
"En Venezuela no hay separación. Esta lucha es por los jóvenes, por los estudiantes, por los jóvenes que han sido reprimidos. Esta lucha es para todo el pueblo que hoy está sumido en colas para comprar alimentos, que sufre escasez, por los jóvenes que no tienen empleo, que no tienen futuro", dijo.