Poco antes de ser destituido, Yanukóvich calificaba de “golpe de Estado” lo que está ocurriendo en Ucrania y anunciaba que no piensa dimitir ni abandonar el país. Lo hacía en una entrevista en una televisión local.
Yanukóvich comparaba la situación en Ucrania con la vivida en Alemania en 1930, cuando los nazis llegaron al poder. También ha dicho que toda decisión tomada por el Parlamento es ilegal y ha calificado de “gansters” a los opositores, señalando que están aterrorizando al país.
Su principal objetivo ahora, ha dicho, es evitar nuevos baños de sangre en Ucrania y que el país se divida en dos.