El exmandatario denunció que Ucrania "está en manos de una banda de ultranacionalistas y neofascistas" que quieren "desatar una guerra civil", en una comparecencia en la ciudad de Rostov del Don (sur de Rusia), en la que se le vio seguro de sí mismo e incluso desafiante.
"Los oficiales y soldados no van a obedecer las órdenes criminales de un Gobierno impuesto por un golpe de Estado", aseveró Yanukóvich desde un atril con cuatro banderas ucranianas de fondo, desde el que leyó una declaración en ruso.
En su intervención, transmitida en directo por la televisión rusa, acusó a las nuevas autoridades ucranianas, a las que calificó de "delincuentes", de "querer incorporar en las Fuerzas Armadas a guerrilleros de las formaciones nacionalistas, y entregarles armas".
Yanukóvich, refugiado en Rusia tras su destitución el pasado 22 de febrero por el Parlamento de Ucrania, negó toda legitimidad a las elecciones presidenciales anticipadas convocadas ese mismo día.
"Las elecciones presidenciales convocadas para el 25 de mayo por la banda que ha usurpado el poder como resultado de un golpe de Estado anticonstitucional, son absolutamente ilegítimas y ilegales", subrayó.
El exmandatario, reconocido por Moscú como presidente constitucional de Ucrania, arremetió duramente contra los países occidentales que respaldan a las nuevas autoridades ucranianas, la antigua oposición que asumió el poder tras tres meses de protestas populares callejeras que barrieron el régimen de Yanukóvich.
"¿Estáis ciegos, os habéis olvidado de lo que es el fascismo?", inquirió Yanukóvich en su alocución de diez minutos ante una nutrido auditorio de periodistas, a los que no se les permitió formular preguntas.
Criticó en particular al Gobierno de Estados Unidos por ofrecer ayuda financiera a las autoridades de Kiev, apoyadas en la calle en particular por sectores nacionalistas.
"No tenéis derecho, según vuestras propias leyes, de asignar dinero a delincuentes", dijo Yanukóvich dirigiéndose a la Administración del presidente estadounidense, Barack Obama.
Agregó que tiene la intención de pedir al Congreso, al Senado y al Tribunal Supremo de EEUU que den una valoración jurídica de las acciones de la Casa Blanca en ese sentido.
Yanukóvich responsabilizó a las nuevas autoridades de Kiev del separatismo en Crimea, aunque no hizo ninguna alusión a la ocupación por efectivos militares sin distintivos de esa república autónoma ucraniana que pretende integrarse en Rusia, denunciada como una intervención rusa por el Gobierno de Ucrania y gran parte de la comunidad internacional.
Tampoco se refirió a su supuesta petición de ayuda militar a Rusia con el fin de restaurar la "paz, la ley, el orden y la estabilidad" en Ucrania, de la que el pasado día 3 informó en el Consejo de Seguridad de la ONU el representante permanente ruso ante el organismo mundial, Vitali Churkin.
Tres días antes, el 28 de febrero, Yanukóvich aseguró que no solicitaría ayuda militar a Rusia para recuperar al poder.
"Considero que toda acción militar en esta situación es inadmisible. Toda. No pienso pedir ayuda militar", enfatizó en esa ocasión.
Al día siguiente, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, solicitó y obtuvo de su Senado autorización para el empleo de las Fuerzas Armadas rusas en territorio de Ucrania.