Intensa agenda diplomática en Brasil

A pesar de haber protagonizado una agenda internacional mucho menos intensa que su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva, el Mundial servirá de tribuna diplomática para Rousseff, que recibirá a socios claves llegados de todas partes del planeta.

"La política externa durante la Copa será importante, porque habrá un gran número de visitas, en un momento en que en la agenda internacional brasileña hay muchos temas relevantes pendientes", destacó el consultor y politólogo de la Universidad de Brasilia David Fleischer.

Una de las visitas más esperadas es la del vicepresidente estadounidense, vista como una oportunidad para apaciguar las tensiones bilaterales tras las denuncias de que Washington espió las comunicaciones de la mandataria brasileña.

Rousseff mencionó la semana pasada en una cena con corresponsales la posibilidad de reagendar la visita de Estado a Washington que canceló en octubre tras las denuncias, aunque advirtió que todavía espera "una fuerte señal" de que el espionaje no se repetirá.

Biden asistirá al juego inaugural de Estados Unidos el lunes 17 de junio en Natal (noreste) y se reunirá con Rousseff el martes en Brasilia.

Europa también está en la mira de la Copa para Brasil. Rousseff recibirá a Merkel seguramente el domingo en Brasilia en una cena, un día antes de que la canciller alemana asista al partido Alemania-Portugal en Salvador (noreste), informó la presidencia brasileña a la AFP.

La presidenta brasileña está empeñada en sacar adelante un acuerdo de libre comercio Mercosur-Europa y tras las denuncias del espionaje estadounidense, patrocinó con Alemania una resolución en la ONU sobre libertades individuales.

Por la Copa, Brasil aplazó la fecha de la cumbre de potencias emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) al 15 de julio, e invitó a todos sus mandatarios a asistir a la final de la Copa, dos días antes en Rio de Janeiro.

Vladimir Putin, cuyo país acogerá el Mundial en 2018, ya confirmó que estará en la final. El resto, si no le siguen, estarán en la cumbre que se celebrará en Fortaleza (noreste), llamada a crear un banco de fomento y un fondo de reservas de los BRICS.

El 16 de julio, los mandatarios de los BRICS se reunirán con sus pares sudamericanos en una cumbre en Brasilia.

Tras ambas cumbres, otro entusiasta del fútbol, el presidente chino Xi Jinping, realizará una visita de Estado a Brasilia el 17 de julio, y ese día lanzará el foro América Latina-China, con la presidenta de Brasil y los del cuarteto de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, incluidos el cubano Raúl Castro y el ecuatoriano Rafael Correa.

Gigantesco inversor, segundo socio comercial de la mayoría de países de la región y primero de Brasil, "China entró en América Latina aprovechando el descanso de Estados Unidos, y ahora formaliza esa presencia con ese foro", destaca Fleischer.

PROYECCIÓN INTERNACIONAL

Los países latinoamericanos --una prioridad en las relaciones internacionales de Brasil-- y algunos africanos serán los protagonistas de la apertura del Mundial, que se inicia este jueves con el partido Brasil-Croacia en Sao Paulo.

Son esperados ese día los presidentes de Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Surinam, Ghana, Angola y Gabón, el emir de Catar y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a los que la mandataria recibiría en un almuerzo.

El Mundial no solo significará una intensa agenda para Rousseff: cuando los ojos del mundo se pongan sobre el país, Brasil "pondrá en juego su proyección y su imagen internacional", dice a la AFP el profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Sao Paulo Alberto Pfeiffer.

"La adjudicación del Mundial y de los Juegos Olímpicos en 2016 fue una apuesta y una muestra de confianza en Brasil, y ahora hay una gran expectativa sobre cómo será el desempeño" del país, especialmente tras la cascada de críticas de atrasos en las obras y manifestaciones callejeras contra el elevado gasto público en el evento, concluyó.

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