En una decisión mayoritaria, el máximo tribunal mantuvo el fallo de la Corte de Apelaciones del Cuarto Distrito en el sentido de que una persona no puede comprar el arma para entregarla a otra persona aún si ambos tienen derecho a su posesión.
El caso derivo de una acusación federal contra el ciudadano estadunidense Bruce James Abramski Jr, quien adquirió una pistola Glock, en una armería de Virginia en 2009, supuestamente para su uso personal, pero después se la transfirió a un pariente.