kilómetros de Chibok, donde la secta islamista secuestró a más de 200 niñas el pasado mes de abril.
Un grupo de hombres armados disparó contra los fieles que asistían a los oficios religiosos y quemó al menos cinco iglesias.
La mayoría de las víctimas pertenece al pueblo de Kwada, donde fallecieron más de treinta personas, detallaron los medios locales.
Nadie ha reclamado la autoría de este atentado, pero la Policía señaló ayer al grupo islamista como supuesto responsable.
Con este nuevo ataque, Boko Haram intensifica una espiral de violencia que ha causado la muerte de más de 3 mil personas en lo que llevamos de año.
El pasado viernes, mató a una veintena de personas haciendo explotar una bomba en uno de los mayores y más concurridos centros comerciales de la capital del país, Abuya.
Al día siguiente, asesinó a otras catorce personas con un nuevo artefacto explosivo colocado en un burdel de la ciudad de Buachi.
Boko Haram, que significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer un Estado islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
El grupo terrorista ha asesinado a 12 mil personas y ha herido a otras 8 mil en los últimos cinco años, según las autoridades nigerianas.
Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales.