fuego propuesto por Estados Unidos, mientras el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) desmintió haber aceptado una tregua humanitaria.
Durante la vigésimo segunda jornada de la operación militar "Marco Protector" de Israel contra el grupo islámico, las fuerzas de seguridad llevaron a cabo más de 60 ataques aéreos sobre sitios asociados a Hamás.
El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza informó la tarde de este martes que 106 palestinos perdieron la vida y cientos más sufrieron lesiones en los bombardeos registrados por la mañana, elevando el saldo de víctimas a más de mil 200 muertos y seis mil 700 heridos.
Los bombardeos en todo el territorio palestino destruyeron por completo cerca de cinco mil casas, mientras que miles más resultaron dañadas de manera parcial, de acuerdo con despachos de la agencia de noticias Ma'an.
Los ataques afectaron a la única planta eléctrica de la Franja de Gaza, donde causaron severos daños y un incendio que la llevó a punto muerto y debió cerrar, informó el Ministerio de Energía de ese territorio palestino.
Otro ataque aéreo estuvo dirigido este martes contra la casa del máximo líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en la ciudad de Gaza.
Un vocero castrense afirmó que la intensificación de las acciones militares representaban un "gradual incremento de la presión" sobre Hamás.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimó que más de 215 mil palestinos han abandonado sus domicilios, es decir más de 10 por ciento de la población total del enclave costero, de los cuales 170 mil 461 decidieron alojarse en los refugios del organismo.
La víspera, antes del recrudecimiento de los ataques, las autoridades israelíes pidieron la evacuación de 400 mil residentes, pero con todas las fronteras cerradas, los bombardeos y la incursión terrestre la gran mayoría no tiene a dónde ir, excepto a los refugios de la ONU.
Las agresiones resurgieron tras un fin de semana de relativa calma, luego de que Israel aceptó una tregua humanitaria que permitió la recuperación de más de una centena de cadáveres de entre las ruinas en la Franja de Gaza.
Los llamados internacionales se incrementaron para un alto a los combates, como el lanzado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien pidió parar las hostilidades "en nombre de la humanidad".
Sin embargo, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu advirtió que sería una larga campaña que sólo terminará cuando sus tropas destruyan los túneles transfronterizos que los militantes palestinos utilizan para lanzar cohetes contra el territorio israelí.
"Los ciudadanos israelíes no pueden vivir con la amenaza de los cohetes y de los túneles de la muerte, muerte desde arriba y desde abajo", sostuvo.
La anulación de los túneles es uno de los principales objetivos de Israel en esta campaña, pero su destrucción es complicada ya que según el gobierno israelí "no son ejes individuales, sino todo un laberinto de pasajes subterráneos, algunos de ellos con trampas explosivas".
Hasta ahora, el ejército israelí ha informado que identificó más de 30 túneles.
Anoche, los soldados fueron tomados por sorpresa por militantes palestinos que llegaron a través de un túnel y mataron a cinco militares.