"No son turistas. Los hemos visto en la frontera, al igual que en cualquier otro conflicto. Ellos caminan, a veces simplemente a pie al otro lado de la frontera, vienen con bolsas de plástico. Muchos de ellos están realmente en la miseria", dijo en conferencia de prensa en Ginebra Vincent Cochetel, responsable de ACNUR Europa.
El número de 730 mil excluye los datos estacionales de personas que cruzan la frontera por turismo o fines comerciales, precisó.
Alrededor del 80% de los ucranianos que lograron cruzar a Rusia se quedan en las zonas fronterizas, mientras que otros se están moviendo para alojarse con amigos o familiares en otras partes del país, señaló.
Más de 585 refugios temporales gestionados por el gobierno de Moscú alojan a unas 42 mil 486 personas, en tanto que las autoridades rusas adoptaron varias regulaciones para facilitar la estancia temporal de los ucranianos que llegan a su territorio.
Según cifras proporcionadas por Rusia a la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) desde el 1 de enero al 1 de agosto, 168 mil 677 personas solicitaron servicios al Servicio Federal de Migración.
De momento seis mil 347 solicitaron la condición de refugiados, 48 mil 914 pidieron asilo temporal, 28 mil 134 hicieron trámites para obtener la ciudadanía, 59 mil 858 para la residencia temporal, 19 mil 943 pidieron permiso de residencia y cinco mil 481 bajo el programa de reasentamiento de compatriotas, explicó.
En cuanto a los desplazados internos, según relató ACNUR, la gente está huyendo del este de Ucrania con las pertenencias limitadas y con dificultades cada vez mayores, incluido el acceso a los servicios bancarios.
"Los servicios básicos y la infraestructura fueron fuertemente afectados por el aumento de la violencia y la escasez de agua potable se está convirtiendo cada vez en algo más común”, dijo Cochetel.
Además, "muchas casas y edificios fueron parcial o totalmente destruidos en las zonas afectadas por el conflicto en las regiones de Donetsk y Lugansk”, agregó.
Los desplazados internos, citan preocupaciones por la seguridad, incluyendo el riesgo de quedar atrapados en el fuego cruzado, como el principal motivo para abandonar sus hogares, señaló.