Se eligió es fecha porque, en 1791, en la noche del 22 al 23 de agosto, inició en Santo Domingo —hoy Haití y la República Dominicana— una sublevación que fue fundamental para la abolición del comercio trasatlántico de esclavos. La rebelión de esclavos en esa zona debilitó el sistema colonial caribeño y desencadenó una sublevación que resultó en la abolición de la esclavitud y le dio a la isla su independencia. Ello también marcó el inicio de la destrucción del sistema de esclavitud, el comercio de esclavos y el colonialismo.
No obstante, la esclavitud aún persiste con diferentes matices. De acuerdo con la organización australiana para la defensa de los derechos humanos Walk Free Foundation, la esclavitud moderna incluye el tráfico de personas, el trabajo forzado en las labores no calificadas o servicios sexuales, la servidumbre por deudas, el matrimonio forzado, y la venta y explotación de menores.
Si se entiende así el problema, destaca el organismo, en la actualidad hay más personas en condiciones de esclavitud que la cantidad total de gente que se transportó de África a América en el comercio trasatlántico de esclavos entre los siglos XVII y XIX.
Y es que, en su “Índice mundial de esclavitud 2013”, el primer informe anual a nivel mundial sobre el problema, la Fundación reportó 29,8 millones de esclavos ese año, de los cuales, entre 13,3 y 14,7 millones viven en la India. El reporte detalla que esa tasa tan elevada se debe, en gran parte, a la práctica de servidumbre por deudas, muy común en el país.
Con base en datos retomados de la Organización Internacional para las Migraciones, la Fundación considera que la mayoría de las personas que son víctimas de la trata de esclavos en la actualidad tiene entre 18 y 24 años de edad, pero pueden tener hasta cinco o seis años de edad. Se trata de niños a quienes se les robó la niñez, adolescentes que buscan una vida mejor y quedan atrapados en un trabajo lejos de su hogar y que se vuelve una pesadilla.
Asimismo, y según información proporcionada por la Organización Internacional del Trabajo, Walk Free destaca que la esclavitud moderna es rentable pues genera ganancias de por lo menos 32 mil millones de dólares por año, más que el producto combinado de Islandia, Nicaragua, Rwanda y Mongolia. Además, no es un problema de países lejanos y pobres nada más, casi la mitad del total, que se calcula en 15 mil 500 millones de dólares, se produce en países ricos e industrializados.
Al referirse a una investigación del Departamento de Estado de Estados Unidos, la fundación reveló que se utilizan esclavos en la producción de por lo menos 122 productos en 58 países. Tal es el caso de los diamantes de África, los ladrillos de Brasil y los langostinos de Asia Sudoriental.
Además, muchas personas en el mundo son obligadas a trabajar mediante amenazas de violencia a cambio de una remuneración mínima o nula, para producir cosas que usamos a diario, como pelotas de fútbol, flores y chocolates.
Por ello, Walk Free Foundation destaca que el problema puede estar más cerca de lo que la gente cree, y tanto en países ricos como en los más pobres. Puede tratarse de miles de personas atrapadas en un lugar, como en minas y fábricas, o puede producirse a pequeña escala, como una niña atrapada en la casa de un extraño y que es obligada a trabajar sin remuneración.