Además de un nuevo presidente, los brasileños convocados a las urnas elegirán a los gobernadores de los 27 estados del país, dos tercios del Senado y los 513 diputados federales, así como renovarán las cámaras regionales.
Los 450 mil centros de votación instalados en el país abrieron a las 08:00 horas (11:00 GMT) y funcionarán hasta las 17:00 (20:00 GMT) aunque, por los diversos usos horarios que existen en el extenso territorio brasileño, en los estados del noroeste cerrarán dos horas después.
A partir de ese momento podrán ser divulgados sondeos a pie de urna y también, una vez que cierren las mesas en todo el país, el Tribunal Superior Electoral tiene previsto comenzar a difundir sus primeros boletines con resultados oficiales.
Las elecciones se celebrarán con la seguridad reforzada de forma especial en Río de Janeiro, en prevención de incidentes con bandas de narcotraficantes que operan en las favelas, así como en Sao Luiz y Florianópolis, capitales de Maranhao y Santa Catarina, respectivamente, en las que en las últimos días hubo atentados contra el transporte público.
En ambos casos, las autoridades atribuyeron los ataques a cómplices de bandas de presos que controlan el tráfico de drogas en los penales y reaccionaron frente a medidas adoptadas para intentar reducir el poder que mantienen tras los muros de las prisiones.
Según las últimas encuestas, difundidas este sábado, Dilma Rousseff ganará estas elecciones con una votación en torno al 40 %, en tanto que el socialdemócrata Aécio Neves y la ecologista Marina Silva, que tienen un respaldo cercano al 24 %, disputarán voto a voto el segundo lugar.
Si se confirma que ninguno de los candidatos supera el 50 %, será necesaria una segunda vuelta, que se celebrará el próximo día 26.