“Uno de los retos es que si no podemos llevar asistencia, si no podemos mantener a las aerolíneas volando, será más difícil detener el brote ahí”, indicó Frieden en una entrevista con la televisora CNN.
Explicó que aislar a estas naciones, como lo han propuesto algunos miembros del Congreso estadunidense, haría más problemática “la habilidad de detener el brote”.
“Lo que podría suceder de manera fácil si aislamos a estos países, es que sería difícil llevar ayuda, la enfermedad se propagaría más fácil dentro de esos países, se propagaría a otras partes de África y en pocos meses estaríamos enfrentando más brotes en África”, dijo.
Aunque se han reportado casos de ébola en Senegal y Nigeria, el epicentro se localiza en Guinea, Sierra Leona y Liberia, éste último donde se han reportado tres mil 834 casos confirmados y dos mil 69 muertes, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Frieden insistió en las capacidades médicas de Estados Unidos para controlar los casos que se presenten, como el confirmado en Dallas en una persona que voló procedente de Liberia sin presentar los síntomas cuando abordó el vuelo.
A pesar de que más de 40 mil personas han ingresado a Estados Unidos procedentes de Guinea, Sierra Leona y Liberia en los pasados seis meses, sólo se ha reportado el caso de Thomas Duncan, quien de acuerdo con Frieden se encuentra en estado crítico.
“Entiendo que los estadunidenses tienen miedo sobre el ébola, pero debemos poner las cosas en perspectiva. No habrá un brote mayor en Estados Unidos”, insistió en otra entrevista por separado con la televisora Fox.
Frieden será parte del grupo de funcionarios que ayer por la tarde brindarían al presidente estadunidense Barack Obama un reporte sobre la situación de la enfermedad durante una reunión a puerta cerrada en la Casa Blanca.