gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, ganadora de la primera vuelta con un 41.5 por ciento de votos.
La ex candidata socialista, cuyo eje de campaña fue abogar por una “nueva política” que pusiera fin al bipartidismo y a los privilegios de la clase dirigente, exigirá a Neves una reforma política a cambio de apoyarlo en la segunda vuelta electoral del próximo 26 de octubre.
Además, la ecologista demandará al aspirante presidencial del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) un plan de economía sustentable y la garantía de gasto social en educación y sanidad del 10% del Producto Interno Bruto (PIB).
“La constatación es que no se puede tener cuatro años más de este gobierno. Eso está claro. Nuestro compromiso es con el cambio”, dijo a la prensa Joao Paulo Copobianco, asesor de la exsenadora.
Conscientes de la importancia de los 22 millones de votos obtenidos por Silva en la primera ronda, el PSDB de Neves se sirvió de líderes históricos como el expresidente Fernando Henrique Cardoso –quien goza de gran reconocimiento histórico en su modernización de Brasil- para acercar posturas con la socialista.
Está previsto que el jueves, el Partido Socialista Brasileño (PSB) de Silva haga su pronunciamiento respecto a quién apoyará en el segundo turno, pero existe la posibilidad de que, si la formación decide sumar fuerzas con Rousseff, Silva decida hacer un pronunciamiento individual.
Analistas políticos consideraron que Neves podría incluso superar a Rousseff en las intenciones de voto.