"Si alguien debe pagar continuamente las deudas sin poder invertir en el crecimiento está para siempre al borde de la quiebra", aseguró Tsipras en su discurso durante el debate parlamentario sobre el programa de Gobierno, al que seguirá la moción de confianza al Ejecutivo.
Tsipras señaló que la reducción de la deuda "es una decisión política" y, aunque reconoció que Grecia recibió "préstamos enormes", dijo que éstos que se destinaron "a salvar el sistema bancario griego, y por tanto, el europeo, y para que el país pueda pagar sus deudas".
El primer ministro remarcó que respeta "el peso de unos socios que son la locomotora de Europa", en alusión a Alemania, pero advirtió de que su Gobierno negocia "en firme y no está solo", dijo refiriéndose al apoyo del pueblo griego.
Reiteró que su principal demanda es "tiempo y espacio" para lograr un acuerdo puente "a corto plazo" que permita hacer frente a las "obligaciones hasta el momento que alcanzaremos un acuerdo global" y recalcó que este pacto no es una extensión del programa de rescate.
Este acuerdo estará "en el marco europeo", "respetará los tratados", aunque esto implicará nuevas políticas de austeridad, porque "la austeridad no forma parte de los tratados europeos", aseguró Tsipras.
"La democracia en Grecia no se chantajea, tampoco en Europa y nos nos chantajearan en tanto que tengamos el apoyo popular", remarcó.
El jefe del Ejecutivo griego se comprometió a cumplir "al 100 por 100" sus compromisos electorales y aseguró que la aplicación de su programa de gobierno no emprenderá "medidas unilaterales".
En relación con las negociaciones con los socios, Tsipras se mostró optimista de que se logrará un acuerdo con los socios.