Obama no señaló de inmediato si a la larga otorgará algún permiso para el oleoducto, cuya construcción se ha convertido en un tema sensible en la controversia nacional sobre la política ambiental y el calentamiento del planeta.
En cambio, el mandatario buscó reafirmar su autoridad para tomar la decisión él mismo, en un rechazo a los legisladores republicanos que controlarán la Cámara de Representantes y el Senado el tiempo que le resta en la presidencia.
"La facultad presidencial para vetar proyectos de ley es una que me tomo en serio", declaró Obama en un breve aviso enviado al Senado. "Pero también me tomo en serio mi responsabilidad ante el pueblo estadounidense".
Obama vetó la iniciativa en privado sin fanfarrias, en contraste con la ceremonia televisada que los líderes republicanos del Congreso efectuaron a principios de mes cuando firmaron la medida y la enviaron al presidente.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, de Ohio, dijo que sus correligionarios en el legislativo "ni siquiera están cerca" de renunciar a esta lucha y censuraron el veto, al que describieron como una "vergüenza nacional".
Debido a la decisión del mandatario, el asunto de fuerte carga política habrá de regresar al Congreso, donde los republicanos no han mostrado que puedan reunir la mayoría de dos tercios en ambas cámaras que necesitarían para anular el veto del presidente.
El senador John Hoeven de Dakota del Norte, el principal impulsor republicano de la iniciativa, dijo que sus compañeros de partido necesitan unos cuatro votos en el Senado y 11 en la Cámara de Representantes.
El veto es el primero de Obama desde que los republicanos tomaron el control del Capitolio, pero posiblemente no sea el último.
Los legisladores republicanos preparan ya iniciativas para revocar las medidas de Obama sobre la ley de seguros de gastos médicos, inmigración y controles financieros, en tanto que el mandatario se ha comprometido a rechazarlas de igual manera.
"Él ve esto como una muestra de que aún puede ser el rey del Capitolio, porque no reunimos los votos para anulárselo", declaró en entrevista el senador republicano Jim Inhofe, de Oklahoma, un abierto opositor a la agenda de Obama sobre el cambio climático. "Si vetó esta iniciativa, vetará muchas más que andan por ahí", agregó.
Propuesto por primera vez hace más de seis años, el proyecto del oleoducto Keystone XL ha estado en el limbo desde entonces, a la espera de un permiso obligatorio del gobierno federal para comenzarlo porque implicaría cruzar fronteras internacionales.
El oleoducto conectaría las arenas bituminosas de Canadá con las refinerías de la costa texana del Golfo de México que se especializan en el procesamiento de crudos pesados.
Los republicanos y la industria energética afirman que el proyecto de 8 mil millones de dólares creará empleos, estimulará el crecimiento y aumentará la independencia de Estados Unidos frente a los recursos energéticos de Medio Oriente.