La producción industrial creció en enero debido a una recuperación de las exportaciones por una sólida demanda de Estados Unidos y Asia, pero los manufactureros anticipan sólo un leve aumento en el mes actual y luego una caída en marzo, lo que se suma a la evidencia de una mejoría irregular de la economía.
La debilidad del consumo es un dolor de cabeza para el Banco de Japón (BOJ, por sus siglas en inglés), que espera que su agresiva inyección de dinero fomente las expectativas de que los precios subirán y lleve a las familias a gastar más.
Datos separados también subrayaron el dilema que enfrenta el BOJ por la caída de los precios del petróleo, que desaceleró la inflación subyacente anual al consumidor a un 0,2 por ciento en enero cuando se eliminan los efectos de un alza del impuesto a las ventas el año pasado, alejando más a la cifra de su ambiciosa meta de un 2 por ciento.
Una serie de datos divulgados el viernes destacaron la naturaleza irregular de la recuperación.
La producción industrial creció un 4,0 por ciento en enero, por sobre la estimación promedio del mercado de un aumento de un 2,7 por ciento, y los manufactureros consultados por el Gobierno esperan que la producción se expanda un 0,2 por ciento en febrero antes de caer un 3,2 por ciento en marzo, mostraron datos del Ministerio de Comercio.
El gasto familiar retrocedió un 5,1 por ciento anual en enero, en su décimo descenso mensual consecutivo y por sobre la estimación promedio del mercado de una baja de un 4,1 por ciento, mostraron datos separados.
Las ventas minoristas también cayeron un 2,0 por ciento, un desplome mayor que la estimación promedio del mercado de una merma de un 1,3 por ciento.
La débil confianza del consumidor ha mantenido un límite sobre el gasto, en tanto, los sueldos aún deben subir lo suficiente para compensar el alza del impuesto a las ventas en abril del año pasado, lo que ha sembrado dudas sobre la fortaleza de la recuperación económica.
Cuando se eliminan los efectos de un alza del impuesto a las ventas el año pasado, el índice subyacente de precios al consumidor (IPC) se desaceleró a un 0,2 por ciento en el año a enero, desde un 0,5 por ciento en diciembre. La cifra se compara con una estimación promedio del mercado de un 0,3 por ciento.
Los datos mixtos mantendrán bajo presión al BOJ para que mantenga su estímulo, aunque el gobernador Haruhiko Kuroda ha destacado que no ve la necesidad de flexibilizar su política nuevamente.
El BOJ afirma que los menores precios del petróleo subirán la inflación en el largo plazo, ya que permitirán a las familias y a las compañías gastar más en otros bienes, por lo tanto, impulsarán a la economía.
Analistas, sin embargo, dudan de que el BOJ pueda cumplir su promesa de alcanzar su meta de inflación en el año que comienza en abril, debido a que espera que pasen seis meses al menos para que los beneficios de la caída de los precios del petróleo impulsen el crecimiento.