Según el recuento final, 230 diputados —de 298 presentes— votaron a favor de la adopción de una reforma de la justicia civil, 63 en contra y cinco abstenciones.
Un cálculo no definitivo establecía que votaron en contra 31 diputados de Syriza, la formación de izquierda radical del primer ministro Alexis Tsipras, contra 32 la semana pasada, a los que se habían sumado seis abstenciones y una ausencia.
Yanis Varoufakis, ex ministro de Finanzas, que había votado en contra la semana pasada, esta vez votó a favor.
El proyecto de ley aprobado incluye la reforma de la justicia civil, la aceleración del procedimiento de subastas y el refuerzo de la liquidez de los bancos, muy afectados después permanecer cerrados tres semanas.
Tsipras instó a sus diputados a “adaptarse a las nuevas realidades” y descartó “abandonar voluntariamente” el gobierno, donde comentó que la presencia de la izquierda radical es “un bastión para la defensa de los intereses del pueblo”, y prometió batallar para mejorar el acuerdo sobre el tercer rescate al país, que debe ser finalizado este verano.
“El gobierno no oye más al pueblo”, lamentaban Katerina Sergidou y Georges Kokkinavi, dos de los 6,000 manifestantes congregados delante del Parlamento al anochecer. Estos dos treintañeros, de la corriente más izquierdista del partido Syriza, eran el reflejo de la contestación que afronta el primer ministro después del compromiso suscrito el 13 de julio con los europeos.
Un breve momento de tensión al final de la manifestación perturbó la calma imperante en la concentración.
Las primeras medidas —alzas de impuestos y cotizaciones— exigidas por los socios europeos fueron adoptadas la semana pasada por 229 de los 300 diputados de la cámara. Sin embargo, sólo 123 de los 162 diputados de la coalición de gobierno —149 de Syriza y 13 de Anel— apoyaron el texto.
Muy popular según los sondeos, Alexis Tsipras deberá tomar una decisión drástica, según los analistas, que parecen apostar por unas legislativas anticipadas.
Por ahora el principal objetivo de Tsipras es llegar a un acuerdo sobre el tercer rescate, por unos 86,000 millones de euros, antes del 20 de agosto, día en que el gobierno tiene un vencimiento de 3,190 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE), antes de otro de 1,500 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en septiembre.
Según Euclides Tsakalotos, ministro de Finanzas, durante el análisis del texto en la comisión parlamentaria, indicó que antes de fin de año habrá una recapitalización de los bancos griegos. La retirada de dinero y los giros al extranjero siguen sometidos a estrictas medidas de control de capitales, vigentes desde finales de junio.