Con el ajuste anunciado el sábado por la tarde, el salario se fija en 15.051 bolívares mensuales (unos 1.505 dólares a la tasa oficial de 10 bolívares por dólar), pero apenas unos 50 dólares según la cotización de la divisa norteamericana en el mercado negro, que en buena parte establece los precios reales de los bienes básicos de los venezolanos.
"Hemos hecho 32 aumentos salariales y de pensiones durante estos años de revolución", dijo Maduro desde el Palacio de Gobierno durante un Consejo de Ministros. "Sólo un presidente chavista puede hacer esto: defender las pensiones, defender los salarios".
Maduro aumentó también de 13.275 a 18.585 bolívares el bono de alimentación. Así, un trabajador venezolano recibirá un ingreso mensual total de 33.636 bolívares o unos 112 dólares a precio del mercado negro.
El primer mandatario había incrementado ya el salario en 20% el pasado 1 de marzo.
Maduro intenta dar así un golpe de opinión que conjure la profunda crisis económica en la que está sumida Venezuela por cuenta de la escasez de alimentos y medicinas y una inflación desbordada. Súmese a esto, en los últimos días, la crisis de electricidad que obligó al gobierno a ordenar cortes diarios de energía.
En varias ciudades se han registrado protestas por cuenta del descontento socioeconómico.
Aprovechando la coyuntura, la oposición viene impulsando desde el Legislativo —ahora de mayoría opositora— medidas para bien revocar el mandato del presidente Maduro o bien para acortar su periodo de gobierno que oficialmente se extendería hasta 2018.