Detecta OCDE nuevos signos de desaceleración económica mundial



En la mayoría de los países de la OCDE, la desaceleración estuvo presente en casi todos los sectores, afectando a empresas grandes y pequeñas por igual, aunque es especialmente notoria en las industrias donde se esperaba que las innovaciones digitales y tecnológicas generaran dividendos en productividad, por ejemplo, en los sectores de información, comunicaciones,
finanzas y seguros.

En el Compendio se analiza una amplia gama de posibles explicaciones de esta paradoja y de la desaceleración de la productividad laboral, caracterizada en gran parte —ciertamente antes de la crisis— por la desaceleración de la productividad multifactorial (que incluye la contribución de la tecnología, las técnicas de producción, las ganancias en conocimientos y las prácticas de gestión).

Esta paradoja, se afirma en el Compendio, puede explicarse por múltiples factores, como desajustes de competencias, escasez de inversiones y deterioro de la dinámica empresarial, en particular después de la crisis.

Por ejemplo, en años recientes, la inversión en tecnologías de la información y la comunicación bajó como porcentaje del PIB en muchos países, en particular en Alemania, Suecia, Japón y Estados Unidos. Por su parte, el dinamismo empresarial, medido por tasas de apertura de empresas y el ritmo con el cual las nuevas empresas desplazan a las que son menos productivas, también se ha desacelerado significativamente en muchas economías de la OCDE.

En el Compendio se analiza también que, aunque medir la productividad resulta complejo, la paradoja no puede justificarse con el argumento de un “desajuste en la medición”, porque la desaceleración ha ocurrido en múltiples sectores, incluido el de manufactura, en el cual las dificultades en este sentido no resultan demasiado inconvenientes.

La desaceleración del crecimiento de la productividad ha afectado los salarios, lo cual puede agravar las desigualdades en ingresos y patrimonio, al atrapar a muchos trabajadores en actividades de baja productividad con alta inseguridad en el empleo, con lo que se crea un círculo vicioso. Examinar el vínculo entre productividad y desigualdad será el punto central de los debates sobre política pública que se realizarán en la reunión del Consejo de Ministros de la OCDE, por celebrarse en París los días 1 y 2 de junio de 2016.

 

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